Cómo salvar 300 vidas al año en España: un estudio sobre carreteras convencionales da las claves
La Fundación Mapfre estima que con una inversión de 1.800 millones de euros se podrían mejorar las vías
Madrid
Una inversión de cerca de 1.800 millones de euros en medidas para mejorar el estado de las carreteras convencionales —de un carril por sentido y sin separación física entre ambos— evitaría casi 300 vidas y más de 800 heridos graves al año por siniestros de tráfico. Esa es la principal conclusión del estudio Cómo salvar 300 vidas al año en España. La contribución de las carreteras convencionales a la mejora de la seguridad vial con medidas de bajo coste, elaborado por la Fundación Mapfre en colaboración con la Asociación Española de la Carretera (AEC).
El informe, presentado este martes en la sede de la Fundación Mapfre, en Madrid, señala que, aunque pueda parecer una inversión elevada, su retorno socioeconómico se recuperaría entre dos y cuatro años. Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, indicó que esos 1.800 millones de euros suponen "una cantidad importantísima", pero apuntó que se recupera “en dos a cuatro años” y la puso “en contexto” con “otras grandes cifras”.
Por ejemplo, el coste de cada víctima mortal por un siniestro de tráfico en España asciende a dos millones de euros, así como unos 400.000 euros por cada persona herida grave, según la Dirección General de Tráfico (DGT). Además, el Ministerio de Transportes invierte unos 11.000 millones anuales en infraestructuras, la DGT recauda unos 500 millones de euros al año en multas y el Ayuntamiento de Madrid factura un millón de euros diarios en sanciones de tráfico.
Según el informe, las carreteras de alta capacidad (autovías y autopistas) son las que más tráfico soportan en España (el 65% del total), pero 7 de cada 10 fallecidos en siniestros viales fuera de las ciudades se producen en siniestros en las vías convencionales, que representan el 89% de los kilómetros de la red viaria española.
Algunas medidas
El informe proporciona las medidas más efectivas —todas de bajo coste— y el número de siniestros graves y mortales que podrían evitarse si se llevaran a cabo en los diferentes tipos de vías convencionales (principal, intermedia y local).
- El estudio destaca que las salidas de vía por la derecha y por la izquierda, el choque frontal y el fronto-lateral y los atropellos a peatones son los siniestros más frecuentes en este tipo de carreteras y representan el 69% de los incidentes con víctimas, el 89% de los siniestros con algún fallecido y el 81% en los que hay heridos hospitalizados.
- Para evitar salidas de vía por la derecha, por ejemplo, el estudio propone medidas de bajo coste, como la instalación de barreras de seguridad, especialmente para reforzar la seguridad de los usuarios más vulnerables, como los motoristas, medida que contribuiría a reducir hasta el 47% de las lesiones estas carreteras.
- También destacan las guías sonoras longitudinales, que contribuirían a rebajar hasta un 21% de las lesiones en este tipo de vías, así como captafaros reflectantes, -también denominados ‘ojos de gato’-, elementos clave en la señalización de las carreteras porque contribuyen a mejorar la visibilidad de los conductores y a reducir la siniestralidad, en concreto un 37%.
- Otras medidas son el uso de pavimento antideslizante en curvas o en intersecciones (-35% de siniestralidad), más líneas sonoras de borde (-21%) y más balizas o cebreados en los arcenes (-13%).
Las altas cifras de atropellos
Los siniestros por atropello a peatones podrían reducirse hasta un 60% si se implantaran medidas de bajo coste, como reforzar la iluminación a lo largo de los tramos próximos a las vías urbanas, así como incorporar sendas peatonales (-75%) y arcenes o espacios compartidos para viandantes (-70%), según indica el estudio.
Además, hay otras iniciativas para disminuir los siniestros en vías con ciclistas, como reforzar la señalización que permita advertir de su presencia -tanto fija como dinámica- y la red de rutas ciclistas seguras de tramos con alta circulación de ciclistas, así como utilizar pinturas antideslizantes.
Cumplir con las normas de tráfico también es clave para reducir la siniestralidad. Por ejemplo, respetar los límites de velocidad reduciría la mortalidad en un 20% y usar el cinturón habría evitado al menos el 10% del total de víctimas mortales durante la pasada Semana Santa.
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