Joan-Ramón Laporte: "Consumimos mil veces más analgésicos que hace veinte años. ¿Acaso sentimos mil veces más dolor?"
"El quintil de población más pobre consume seis o siete veces más pastillas que el quintil de población más rico", asegura el catedrático de Terapéutica y Farmacología, autor del libro 'Crónica de una sociedad intoxicada'
Eclipses, calentamiento, IA, Reddit y nuestra sociedad medicalizadad
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Joan Ramón Laporte ha sido catedrático de Terapéutica y Farmacología Clínica en la Universidad Autónoma de Barcelona, jefe del servicio de farmacología clínica del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, y fundador del Institut Catalá de Farmacologia. Su último libro, Crónica de una sociedad intoxicada (ed. Península) es fruto de su relación de más de cuarenta años con los medicamentos y alerta de las disfunciones que muchos tenemos en nuestra relación con los fármacos. Tomamos demasiados, y ningún medicamento es inocuo.
Esta misma semana conocíamos, por ejemplo, que el año pasado 600.000 personas estuvieron de baja por problemas de salud mental, el doble que hace siete años, y que tenemos una de las tasas más altas de consumo de ansiolíticos, somníferos y antidepresivos de los países de nuestro entorno. Pero Laporte señala que lo importante no es tanto cuántas pastillas tomamos para la depresión o el insomnio sino quién las toma: "Las mujeres consumen dos o tres veces más que los hombres, el quintil de población más pobre consume seis o siete veces más que el quintil de población más rico, las personas que están en paro consumen tres o cuatro veces más que las que tienen trabajo, las que no tienen una vivienda asegurada consumen cuatro o cinco veces más que las que no la tienen. Es decir que no todos somos iguales ni estamos expuestos a los mismos riesgos."
Y tomar un medicamento nunca es inocuo. Por lo tanto, medicalizando como hacemos problemas cuya solución es social y política, permitimos que las personas pongan en riesgo su salud. De hecho, en su libro Laporte da una cifra preocupante: unas 16.000 muertes al año pueden atribuirse a los efectos adversos de medicamentos.
En conversación con Hoy por Hoy, Laporte explicó cuáles son los medicamentos que más tomamos en nuestro país. "Analgésicos (medicamentos para el dolor), medicamentos para el estómago, como el omeprazol, medicamentos para dormir, medicamentos para el colesterol y medicamentos antidepresivos." Pero además hizo una observación que tal vez debería llevarnos a replantear la ligereza con la que nos tomamos una pastilla: "Consumimos mil veces más analgésicos que hace veinte años. ¿Es que tenemos mil veces más dolor? Yo creo que aquí hay algo que no cuadra."
La explicación de esta sobremedicación no es única, pero parte de un problema cultural y de organización del sistema sanitario. La falta de tiempo de los médicos para atender a cada paciente sería una razón concreta evidente. En este sentido, Laporte señala la importancia del valor simbólico del medicamento: "Confundimos el medicamento con la atención. Ser bien atendido es ser bien escuchado y ser orientado con complicidad y con el tiempo suficiente. Orientado quiere decir ser informado de la naturaleza de lo que uno tiene cuando va al médico,y que el médico le diga 'esto es para preocuparse, tendremos que hacer unos análisis, o no, esto es perfectamente normal, o esto es mejor dejar pasar quince días y volver a ver si dentro de quince días sigues teniendo esta molestia...' Para mí ser atendido es esto. En cambio, y muy a menudo, prescribir un antibiótico o cualquier otro fármaco es NO ser atendido, es sustituir la atención por un fármaco."
El libro del profesor Laporte incluye todo un capítulo sobre el dolor de espalda, una de las causas principales de visitas al médico en España. Para esta dolencia existen tratamientos no farmacológicos (rehabilitación, aplicación de calor local) que se han demostrado más efectivos que muchos medicamentos que se siguen prescribiendo para la lumbalgia. Sin embargo, las carencias en el seguimiento de los pacientes en la atención sanitaria, combinadas con nuestra cultura tan volcada en la expedición de recetas, impide que se trate el dolor de espalda de una manera más sensata y eficaz.
En su conversación con Hoy por Hoy, Laporte, a pesar de su visión crítica, sigue confiando totalmente en la farmacología y en los medicamentos: "precisamente porque sé que son activos creo que es muy importante asegurar que los usamos de manera adecuada, cuando son necesarios, por el tiempo necesario y no más que este tiempo y a la dosis necesaria y no más que esta dosis. Estos tres elementos son fundamentales y no se están cumpliendo bien. En los últimos treinta años los tratamientos se han alargado. Te dan un analgésico y ya casi nadie lo quita. Se te prescribe un medicamento para dormir y ya nadie lo quita. Se alienta la prescripción de medicamentos para la depresión de manera continuada e incluso de por vida. Esto es lo que no es razonable desde el conocimiento de la farmacología y de la terapéutica."
El problema se agrava en la gente mayor. Como explica en Crónica de una sociedad intoxicada, casi un 10% de la población consume cinco medicamentos o más de manera concomitante y continuada. Pero, en los mayores de 70 años, la mitad toma cinco medicamentos o más. Y recordemos que ningún medicamento es inocuo.
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Eva Cruz
Redactora en el magazine de 'Hoy por Hoy' desde 2017.