Revoluciones traicionadas

Madrid

Revoluciones traicionadas. Dos regímenes tan diferentes como el iraní y el nicaragüense, creados ambos a finales de los años 70 del siglo pasado, han sido acusados de crímenes de lesa humanidad por distintas organizaciones de las Naciones Unidas. Irán cometió asesinatos, torturas, violaciones u otras formas de violencia sexual, a raíz de las protestas contra la muerte de una joven kurda enviada a un centro de reeducación por vestimenta inadecuada, al llevar el cabello sobresaliendo del pañuelo en la cabeza. El Ejecutivo de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha cometido graves violaciones de derechos humanos. Entre ellas destaca el destierro y la conversión en apátridas de más de 300 nicaragüenses, muchos de ellos antiguos militantes sandinistas. En ambos casos, las revoluciones iraní y sandinista fueron apoyadas en otras partes del mundo. Fueron históricos, por ejemplo, los artículos publicados por el filósofo francés Michel Foucault defendiendo la espiritualidad del Imán Jomeini y toda la izquierda latinoamericana y española, sin excepciones, celebró con evidente simpatía la revolución sandinista y hoy se siente traicionada por la marcha de ésta. Qué hubiera dicho ahora el gran Julio Cortázar, que tanto se comprometió con sus escritos y declaraciones con la pequeña Nicaragüita si hubiera contemplado la deriva totalitaria y corrupta de sus actuales dirigentes y las acusaciones de crímenes de lesa humanidad que reciben sus antiguos cómplices ideológicos.