Un escabroso pacto entre dos monjas ha provocado un escandaloso caso que conmociona a Chile, desencadenado con la aparición de un cadáver en una maleta tirada en las calles de Santiago el pasado lunes por la noche. El misterio fue descubierto por un trabajador del sistema de recogida de residuos de la capital que encontró en en barrio de Nuñoa una maleta que contenía restos humanos en un gran grado de descomposición. Los primeros análisis forenses apuntaron a los restos de una mujer de 60 años que había muerto, por lo menos, seis meses antes de que se encontrara el cuerpo. Aunque las primeras hipótesis apuntaron a que se trataba de un acto de crimen organizado, pero un vídeo difundido en redes sociales de una mujer arrastrando una maleta horas antes de que encontraran los restos encendió las dudas de la policía chilena. Aunque el misterio se apoderaba del caso por los surrealistas acontecimientos que se sucedían, la hipótesis más improbable desenmascaró una historia que poca gente podía haber adivinado. Todo se remonta a unos meses atrás, cuando dos monjas amigas acordaron un pacto religioso más allá de la muerte que consistía en que si una de ellas fallecía la otra nunca denunciaría su muerte. Un pacto que, más de seis meses después de la muerte de Erica Alejandra Fernández Mora, de 59 años, se ha roto después de que su amiga Lorenza Patricia Ramírez Barrera, de 80, decidiera deshacerse de los restos dejando una maleta por las calles de Santiago. Según explica Juan Fonseca, el jefe de la Brigada de Homicidios Metropolitana de la ciudad, «esta persona hizo un pacto con esta persona que fallece hace un año atrás y la mantiene en el lugar por el cariño que le tenía», confirmando así la extraña historia. «Ellas mantenían una amistad. Ella manifiesta que le tenía mucho cariño y que habían hecho un compromiso entre las dos de que ninguna se iba a denunciar si fallecían», continúa. Un pacto que ha salido a la luz tras viralizarse el vídeo de Lorenza Patricia arrastrando la maleta donde se encontraron los restos. Según confirman fuentes de la Fiscalía, el cadáver de la mujer no presentaba signos de violencia, por lo que se sostiene la hipótesis de que fue una muerte natural. Además, la fallecida padecía un cáncer que no se había tratado. Ramírez Barrera ha sido imputada como autora de un caso de inhumación ilegal y podría enfrentarse a una pena de entre 61 y 541 días de cárcel.