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Guerra en Oriente Próximo: factura económica

Tras el ataque de Irán a Israel, la escalda del conflicto vuelve a amenazar a la economía con el pétroleo y el transporte marítimo como principales preocupaciones

Guerra en Oriente Próximo: la factura económica

Madrid

La respuesta militar de Irán contra Israel ha disparado las alarmas también en el mundo económico. La oleada de ataques con drones y misiles balísticos lanzados por Teherán han desatado los miedos a una escalada que desestabilice definitivamente la zona y que expanda la guerra más allá de las fronteras de Palestina. Israel, desde que Hamás lanzó su ataque terrorista el pasado 6 de febrero, ha expandido sus ataques no solo a la franja de Gaza, sino también a Siria y Líbano. Tras el ataque de Irán a la embajada iraní en Siria y la respuesta del régimen de los ayatolás, el conflicto se regionaliza finalmente. Y con él aumentan las posibilidades de unas consecuencias económicas serias.

Petróleo

Oriente Medio es una región internacionalmente clave. Por un lado, buena parte de los mayores productores de petróleo se encuentran en la región o son vecinos. Arabia Saudí es el segundo productor más grande del mundo, con una cuota del 12.9%. Irak o Emiratos Árabes Unidos manejan un 4.5% y ocupan el quinto y el séptimo puesto en la producción mundial. Mientras, Irán con un 4% de la cuota, ocupa el octavo. Si se suma Kuwait, décimo en el ranking y con una cuota del 3.2%, En total, más el 30% del petróleo lo producen países de Oriente medio y vecinos.

“La escalada no es imparable, pero el conflicto ha escalado de manera sustancial”, afirma Víctor Bruguete, directo e investigador senior en geopolítica global y seguridad del CIDOB, “de las pocas cosas en positivo de la del acontecimiento del fin de semana es la respuesta muy calculada por parte de Irán, que ha respondido de manera contundente pero, al mismo tiempo, avisando con anticipación y permitiendo a Israel hacer frente a ese ataque directo". Para Burguete ha sido un aviso en el que se demuestra "estar preparado para escalar, tanto en el plano militar como en el aspecto petrolero".

En este contexto, Irán emerge como un protagonista clave en el escenario petrolero. Sobre todo después de haber revitalizado su presencia en el mercado con un incremento notable en sus exportaciones, alcanzando su punto máximo en los últimos cinco años con un flujo de 35.000 millones, principalmente hacia China. Ahora, con la escalada de la tensión, esta situación se ve amenazada. Estados Unidos podría imponer nuevas sanciones sobre Irán, lo que a su vez podría desencadenar un aumento significativo en los precios del crudo a nivel mundial. Esta advertencia fue emitida por el Tesoro Americano ante instancias internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, subrayando la delicada estabilidad del mercado petrolero ante potenciales tensiones geopolíticas.

Transporte marítimo

Además, del riesgo de que aumente el precio del petróleo, también existe el riesgo de que aumenten los retrasos y el precio en el transporte marítimo. El foco comercial se ha vuelto hacia un incidente crucial en el Golfo de Omán, donde la principal naviera del mundo, MSC, ha sido objeto de un secuestro por parte de la Guardia Revolucionaria Iraní, que abordó el carguero MSC Aries cerca del estratégico Estrecho de Hormuz.

Este estrecho es una arteria vital para el comercio global, por donde transita aproximadamente el 12% del comercio internacional y el 28% del suministro mundial de crudo. Para Europa, este corredor representa el 25% del flujo comercial entre Asia y el continente europeo. La reciente caída del 29,4% en los precios de transporte, que había aliviado la presión sobre los costos logísticos desde su punto máximo en enero, podría revertirse ante esta nueva crisis, lo que impactaría en sectores clave como textiles, fármacos y materias primas que dependen de esta ruta vital para su distribución.

Las consecuencias

Los organismos económicos vuelven a prestar atención a esta región del mundo. Las crisis inflacionaria que sufrió la economía mundial tras el comienzo de la invasión de Ucrania por parte de Rusia llevó al petróleo a valores récord y disparó el precio de prácticamente todos los productos. Ante esto, los bancos centrales de casi todo el mundo, decidieron subir los tipos de interés para enfriar la economía. Con la inflación ya rozando el 2% -el valor objetivo de las instituciones económicas- organismos como el BCE ya había puesto fecha a la primera bajada de tipos: junio. Sin embargo, ante el aumento de la tensión bélica y con el riesgo de que vuelva a subir el petróleo, esa fecha puede sufrir cambios.

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