Nadal muestra su mejor versión en el Godó 100 días después de su último partido oficial

Rafa Nadal ha arrancado el Conde de Godó con victoria ante el italiano Cobolli por 6-2 y 6-3 en un partido que no llegó a la hora y media de duración. Cien días más tarde, el manacorí demostró que está para algo más que para simplemente competir y, con una buena versión y con un tenis muy agresivo, se ha clasificado para la segunda ronda del torneo que se disputa en Barcelona.

Llegó el momento esperado por todos. Cinco minutos faltaban para las cinco de la tarde cuando Rafa Nadal volvió a sentirse tenista. Han ido meses duros, cargados de ejercicios de recuperación, hasta que ha podido volver a competir haciendo lo que más le gusta: jugar a tenis. Cuando lo tenía claro, el manacorí apostó por viajar a Barcelona y estar una semana ultimando su presencia en el Conde de Godó. Por fin, este martes, ha vuelto a saltar a la pista que lleva su nombre en el torneo de Barcelona y enfrentarse al italiano Cobolli, número 62 del mundo.

Rafa es el 644 del ranking ATP, pero poco pareció importarle a un Nadal que demostró desde la primera ronda del Godó que está para algo más que para competir. La cautela y la precaución son máximas si vemos sus declaraciones, pero es imposible no ilusionarse viendo cómo ha vuelto a jugar el tenista balear.

Un primer set de máxima ilusión

Arrancó el partido con dudas, con un 0-30 en contra en el primer juego y con una mecánica un tanto extraña de saque. El murmullo que comenzaba a aparecer en Barcelona se rompió en aplausos cuando Nadal consiguió el 15-30. Efecto Rafa. Los aficionados presentes en el Godó comenzaron a hacer también su partido y lideraron el primer juego de un Nadal que fue de menos a más.

Su rival, que en un principio no pareció demasiado asustado porque logró pronto el empate en el marcador, no pudo con Nadal después de que este se pusiera con el 1-2. El manacorí le hizo un 'break' tras materializar su tercera bola de rotura y comenzar así en el set de forma notoria. Se vino abajo el público de Barcelona, más aún viendo como la comodidad de Rafa crecía en pista. Aceleró para poner el 1-4 y hacer bueno su 'break' anterior. Su distancia en el electrónico pudo ser mayor, pero Rafa desaprovechó hasta cuatro nuevas pelotas de rotura y Cobolli se acercó con el 2-4 para tomarse un respiro ante el ritmo que estaba imponiendo Nadal.

Un aspecto positivo para Nadal es que, según fue cogiendo ritmo de competición, fue mejorando su dinámica de saque. El 2-5 lo consiguió en blanco y, con esa incercia positiva, volvió a romper a Cobolli para llevarse la primera manga por 2-6. Nadal completó el set que, seguramente, habría firmado en la previa de su regreso a las pistas: rápido de piernas, con buen saque y con golpes contundentes para mandar un mensaje a todos los que dudaban de él.

Un segundo set para afianzar su gran regreso

El segundo set no comenzó nada bien para Nadal y pronto tuvo problemas. Ya en el primer juego, el italiano tuvo una bola de rotura a su favor, pero, como si se tratara del Rafa de hace tres años, el balear fue valiente y le tiró una dejada para igualar el marcador. Esas buenas sensaciones hicieron que se llevase el juego -no sin sufrir- y comenzase mandando en la segunda manga.

Rafa quería olvidarse pronto de ese bache y vaya sí lo hizo. Celebró por todo lo alto un puntazo en donde sacó a relucir su mítico 'banana shot' para hacer enloquecer al público del Godó. Puño en alto contagió a la grada y, tanto intimidó a su rival, que le hizo un 'break' para ponerse 0-2. Y eso que había empezado con dudas.

El tercer juego del segundo set enfrió los ánimos de los presentes. Volvieron las dudas de Nadal en el saque y Cobolli le hizo un 'break' para devolver el que previamente había hecho Nadal. La nueva mecánica de servicio es cierto que reduce el dolor en la zona abdominal, pero también es menos efectivo.

Los primeros problemas de Rafa en el partido fueron respondidos de la mejor manera posible: con una nueva rotura para poner el 1-3 y con otra oportunidad para afianzar el 'break' con su servicio. Haciendo correr a Cobolli de lado a lado, sacó de quicio a un Cobolli que terminó perdiendo el juego con una doble falta.

El balear, consciente de que no podía volver a perder su servicio, hizo bueno su saque y se puso con un 1-4 a favor, tal y como sucedió en el primer set. Gustándose con las dejadas, mostró su variedad de recursos sobre la pista, y eso que llevaba más de cien días sin competir.

Con comodidad, Cobolli hizo el 2-4 para que Nadal no se le escapase en el marcador y hacer que el partido no bajase en intensidad. Sin importarle demasiado, Rafa siguió con su idea de juego y logró el 2-5 al servicio para meterle presión a su rival. Se llevó el que se convirtió en el mejor punto del partido y, de nuevo, sacó a relucir su puño al aire para desatar la alegría de los asistentes al Godó. Cobolli ganó su servicio para poner el 3-5, pero nada pudo hacer ante un Nadal que estaba de dulce. Con buenos servicios, el balear cerró el partido con un 6-3 que le clasifica para la segunda ronda del Conde de Godó.