Manuel Jabois se fija en un detalle del penalti de Rüdiger y dicta sentencia: "El aire llegó hasta Puertollano"

Madrid

Empezó la tanda perdiendo el Madrid y finalmente le tocó a Rüdiger tirar el último penalti. ¿Y qué hizo cuando lo enfoco la cámara en primer plano? Se pegó un suspiro que me metí debajo de la cama. O sea, cogió aire. Te falta aire en ese momento. Cogió aire, lo expulsó, se descompuso un poco. Decía Robert Duval, que hacía de consigliere en El Padrino. Decía de Marlon Brando que la mejor exhibición de talento suya, de Brando, la vio cuando en la película él, su consigliere, le comunica a Brando la muerte de su hijo, de Sonny Corleone. Y entonces, Brando se desploma por dentro. Cuenta Duval que se hunde. Vio cómo se hundía a través de un suspiro. Suspiró. Y de repente fue como si todos sus órganos se derrumbasen. Y el espectador entiende que ese hombre ha recibido la noticia de la muerte de un hijo.

¿Sabes quién suspiró parecido a Rüdiger? Miroslav Dukic, el jugador del Depor que le tocó tirar el penalti decisivo en el último minuto contra el Valencia, la primera liga del Dépor, que finalmente no lo fue. Esa imagen se nos quedó a todos grabada como icónica. Enfocan a Dukic, él coge aire. Y yo recuerdo ese suspiro como si lo hubiese hecho yo, que ni siquiera soy deportivista. Aunque por supuesto iba a muerte con el Depor en esa liga porque se la estaba jugando contra el Barça. Fíjate, suspiró, y muchos pensamos no llegaba ni a golpear el balón. Era un hombre sobrepasado. Era el suspiro de un hombre al que parece que le van a fusilar y tiró un penalti horrible sin fuerza. Bueno, en todo eso pensaba yo en esas décimas de segundo: en Marlon Brando, en El Padrino, en Dukic, en tirarme por la ventana, en fin, cuando de repente Rüdiger se pega un suspiro que llegó el aire a Puertollano me parece a mí. Bueno, en ese suspiro creo yo que cabía el Apocalipsis. Hoy sabemos, solo después de ese penalti, que no era el suspiro de Marlon Brando al recibir una mala noticia, era el suspiro de Robert Duval dándola y no sabes lo mucho que me congratula.