El perdedor en Euskadi

Madrid

¿Quién ha perdido en Euskadi? Esta pregunta se refiere a los grandes partidos. Porque todos los pequeños, de la izquierda radical a la ultraderecha, no es que pierdan, es que se salen de la tabla, pero por debajo. Desaparecen o casi, con un solo escaño para Vox y para Sumar.

No pierde el PNV, que gana y gobernará. No pierde Bildu, que le empata en escaños, aunque no gobernará. No pierde el partido socialista, que aumenta representación y se erige en árbitro indispensable de la política vasca.

¿Y el PP? Dice que gana. ¿De verdad? Aumenta un escaño, sí, pero eso es la mitad de lo que aumentan los socialistas. Fracasa en su objetivo de absorber a Vox, que era el banderín de enganche futuro, por la pretensión de concentrar el voto conservador. Se queda en cuarta posición. No llega al 10% de los votos. Sigue sin tener ningún aliado. Carece de cualquier papel en la gobernación vasca. Algo parecido le pronostican las encuestas para las elecciones catalanas.

Así que el partido de la triste figura en los dos territorios que ejercen como tractores del Estado autonómico perfila un augurio nada entusiasta para él: ¿es creíble que un partido irrelevante en ambas comunidades esté en buena posición para gobernar el Estado autonómico constitucional? ¿Puede? ¿No puede? ¿Qué debería hacer para lograrlo? Que cada uno rellene la casilla de lo más probable.