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Detenido el asistente de un eurodiputado de ultraderecha acusado de espiar para China

China rechaza las acusaciones de espionaje que, según dicen, tienen como objetivo "calumniar" al gigante asiático

El eurodiputado alemán Maximilian Krah / RONALD WITTEK (EFE)

Berlín

Nuevo golpe al espionaje chino desde Alemania. Las autoridades han detenido en Dresde al asistente de un eurodiputado alemán del partido de extrema derecha Alternativa Por Alemania (AfD) acusado de espiar para el gigante asiático. Jian Guo, de 43 años, trabajaba desde 2019 para el eurodiputado Maximilian Krah, candidato a las elecciones europeas del partido ultra, tanto desde Alemania como en su oficina de Bruselas.

El político ultraderechista asegura haberse enterado este martes por la prensa de las actividades de su empleado. “El espionaje para un Estado extranjero es una acusación grave. Si las acusaciones resultan ser ciertas, esto daría lugar a la terminación inmediata de la relación laboral”, afirma Krah, muy cuestionado en Alemania por sus estrechos contactos con Rusia y China, donde ha viajado en numerosas ocasiones. Sus connivencias ideológicas con el Partido Comunista de China son ampliamente conocidas: desde cuestionar los campos los campos de internamiento para uigures y otras minorías, a considerar a Taiwán o Tíbet parte de China.

Según la Fiscalía Federal, su empleado se dedicaba a “transmitir repetidamente información sobre negociaciones y decisiones en el Parlamento Europeo”, además de “espiar a miembros de la oposición china en Alemania para el servicio de inteligencia”, afirman las autoridades en un comunicado de prensa. El ahora detenido, alemán nacido en China, ya estaba en el radar de las autoridades alemanas desde hacía unos diez años cuando se ofreció como informante. En aquel momento, se sospechó que se trababa de un posible agente doble para China.

La ministra federal del Interior, Nancy Faeser, ha descrito las acusaciones que pesan sobre Jian Guo como “extremadamente graves”. “Si se confirma que el Parlamento Europeo estaba espiando para los servicios de inteligencia chinos, entonces sería un ataque desde dentro a la democracia europea”, ha indicado la política socialdemócrata. Igual de grave es la acusación de espiar a disidentes chinos. “Quien contrata a un empleado así también es responsable de ello”, considera Faeser.

El experto en seguridad del partido conservador CDU, Roderich Kiesewetter, teme que haya más casos sin detectar. “Al igual que Rusia, China también tiene una red real en política, economía y ciencia y encuentra allí personas y empresas que se convierten en herramientas para las operaciones de influencia china y la guerra híbrida”, indica Kiesewetter al periódico Handelsblatt.

Las autoridades alemanes desvinculan este caso a la detención ayer de tres alemanes acusados también de espionaje para China. La Fiscalía Federal acusa a uno de ellos de haber obtenido información sobre tecnologías que Pekín podría utilizar con fines militaresy que se sirvió para ello de un matrimonio de empresarios.

China rechaza las acusaciones de espionaje que, según dicen, tienen como objetivo "calumniar” al gigante asiático, según el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin. Se trata de “destruir la atmósfera de cooperación entre China y Europa”.

Alemania está en el foco de los servicios de inteligencia de países como Rusia, China, Irán o Corea desde hace décadas. Sin embargo, la guerra en Ucrania ha supuesto un punto de inflexión en el que los servicios secretos alemanes han detectado un aumento inusual de ciberataques, campañas de desinformación y otros intentos de espionaje. Hace dos años, el Gobierno del canciller Olaf Scholz expulsó a 40 miembros del personal de la embajada rusa en Berlín por sus vínculos con agencias de espionaje. Desde entonces, el goteo de detenidos por colaborar con distintos servicios de inteligencia extranjeros es continuo.