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Los datos que explican cómo el 'fenómeno Airbnb' de alquiler vacacional está calentando las rentas en España

La puerta por la que se están colando subidas exorbitantes del alquiler de vivienda que la ley del suelo no permite

Los datos que explican cómo el 'fenómeno Airbnb' de alquiler vacacional está calentando las rentas en España

Este fin de semana se han echado a la calle unas 57.000 personas en las siete islas Canarias, según los datos de la Delegación del Gobierno. Los canarios protestan por un modelo turístico que les está echando de sus casas. Así que trazamos la línea que hay entre el alquiler turístico y el precio del alquiler, porque ese fenómeno Airbnb parece estar calentando las rentas en España. ¿Qué dicen los datos?

Los datos dicen que ese alquiler vacacional, el Airbnb, y el alquiler de temporada, el que se hace por meses, por ejemplo a estudiantes, es la puerta por la que se están colando subidas exorbitantes que la ley del suelo no permite. Esa ley dejó sin regular el alquiler vacacional y de temporada, no quiso meterse con Airbnb, con la excusa de que era "competencia autonómica", como si lo demás no lo fuera.

¿Qué nos está pasando?

Si exceptuamos Madrid, que tiene otras dinámicas de precios porque atrae a mucha población que viene a trabajar y que mueve el mercado inmobiliario de otras formas, las cinco autonomías con mayores subidas de precio del alquiler son las cinco con más viviendas para alquiler turístico. Los números parecen sugerir que, a más Airbnb, mayor subida del precio del alquiler. Aunque con un asterisco.

El ranking lo encabeza quien se ha echado a la calle: Canarias registra una subida del precio del alquiler anual del 13,3%, en una autonomía que no es sólo la que tiene más vivienda para Airbnb (el 4,08%) sino que también es la que más ve crecer ese fenómeno. De hecho, según los datos del INE, Las Palmas es el lugar donde más ha crecido esa fórmula.

En segundo lugar, encontramos a Baleares, donde el alquiler sube todavía más, un 15,3%, con un nivel similar a Canarias de viviendas dedicadas al alquiler vacacional (4,06%). El patrón lo cumplen también Cantabria, la tercera en porcentaje de viviendas con alquiler vacacional y la tercera con subidas de precios del alquiler, y, en cuarto lugar, la Comunitat Valenciana.

Javier Ruiz en 'El Abierto' de Hoy por Hoy sobre el fenómeno Airbnb

¿Correlación o causa?

El asterisco es porque los números establecen una correlación clara entre Airbnb y las subidas del alquiler, pero no una causa. Es decir, el fenómeno podría ser el inverso: que el alquiler al rojo lleve a convertir casas en Airbnb. Si introducimos otro factor, el turismo, vemos que el sentido en el que parece estar moviéndose nuestro mercado inmobiliario es claro: a mayor turismo, mayor alquiler vacacional y, como consecuencia, mayor alquiler general.

Hay un segundo problema con esos pisos turísticos y el efecto que tienen en el precio de las demás rentas: se concentran en manos de muy poquitos tenedores. De hecho, el ejemplo de Canarias vuelve a ser paradigmático. Canarias tiene oficialmente unos 55.000 pisos turísticos censados. Más de la mitad están en manos de grandes tenedores, según los datos del gobierno autonómico.

Por tanto, no sólo hay muchos pisos turísticos, sino que están en pocas manos con poder de mercado, de fijar precios. El resultado es una receta perfecta para el desastre porque la subida de precios las pagan muchos, pero los beneficios los recogen muy pocos. Así que el tercer destino turístico del país registra:

  • La sexta mayor subida de alquileres de España (un 13,3%).
  • Los segundos sueldos más bajos del país (1.630 euros al mes de media).
  • La tercera tasa de paro más alta (un 16,2%).

Es una batería de cifras ilógica, sin ese factor turístico: población más pobre, más paro y, sin embargo, se paga vivienda a precio de rico.

El poder de los propietarios

Y eso mismo ocurre también en las islas Baleares. Nos hemos asomado a Airbnb para explicar hasta qué punto hay algunos propietarios que tienen poder de mercado: de fijar precios y de calentar ellos solos el mercado del alquiler.

En Mallorca hay 16.698 anuncios de Airbnb en los que un solo propietario tiene 821 anuncios, disfrazado como si fuera un particular. James, para que los británicos y alemanes que vienen entiendan que es un boy cercano, tiene 307 viviendas él solo. Sólo esos dos jugadores: inmobiliaria y presunto boy controlan el 6% de Airbnb. Dos personas.

En Menorca es parecido. Allí hay 3.312 anuncios de Airbnb. Sólo VillaPlus controla 199, por no hablar de Richard (también británico), que tiene 37 casas, o de Joaquín, con más sabor español, que tiene 34.

La regulación de los AirBNB, el gran agujero pendiente de la Ley de Vivienda

En resumen, no tenemos uno sino tres problemas con el alquiler vacacional:

  1. El agujero legal. La ley no lo regula y por aquí se cuelan subidas de precio que, de otra manera, estarían limitados.
  2. Su número. Es brutal la cantidad que hay.
  3. Su concentración. Muy pocas manos tienen tantas propiedades, así que son capaces, ellos solos, de fijar y subir precios, de mover el mercado entero.

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