Betty Mutesi, activista ruandesa: "El pacto con el Reino Unido no tendrá efecto disuasorio para los migrantes"

Una vez que el Parlamento británico ha dado luz verde al pacto por el que deportará migrantes a Ruanda, que ha sido criticado por los encargados de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el tiempo corre para que el plan se ponga en marcha y el país centroafricano se prepara para la acogida de estas personas por la que se va a beneficiar además con cientos de millones de dólares.

Betty Mutesi, activista ruandesa de la ONG International Alert y cónsul honoraria de España en el país, cree que estas personas serán bien acogidas en Ruanda, algo que han puesto en duda las organizaciones internacionales que no creen que realmente sea un lugar seguro para los inmigrantes. "Eso no es verdad, Ruanda es un país seguro aunque tiene problemas relacionados con los Derechos Humanos", nos cuenta Mutesi. Human Rights Watch denuncia que en Ruanda aún hay desapariciones y muertes de opositores que no son debidamente investigadas, considera que no hay una verdadera independencia judicial y alerta del uso de la tortura y de la existencia de centros de detención que no son oficiales.

Los países ricos deberían invertir para hacer posible que los ciudadanos de otros más pobres no tengan motivos para querer irse

—  Betty Mutesi, activista ruandesa

Si bien Mutesi trata de mostrar la imagen de un país estable en una zona del mundo que no lo es, objetivo que persigue también el gobierno ruandés con este acuerdo con el Reino Unido, reconoce que el pacto tiene lagunas importantes. En primer lugar, duda de que los migrantes puedan ver todas sus necesidades cubiertas antes de decidir si van a seguir en Ruanda o si prosiguen su viaje a otro lugar. "Es evidente que hay problemas relacionados con la pobreza, y no habrá todos los suministros que a lo mejor pueden esperar. No puedes comparar el Reino Unido con Ruanda en términos de lo que quieres conseguir o a lo que puedes tener acceso", reconoce Mutesi.

También admite en la conversación que no comparte la justificación del gobierno de Rishi Sunak para este pacto. Desde Londres se vende el acuerdo como una manera de frenar la llegada de barcos con migrantes a sus costas; dan por hecho que tendrá un efecto disuasorio. Mutesi lo niega: "No estoy de acuerdo con el Reino Unido en esto. Creo que la migración continuará porque los motivos por los que la gente quiere se mete en un barco hacia ese país no han cambiado. Sigue habiendo guerra y frustración, por lo que no creo que tenga ese efecto disuasorio. Los motivos que empujan a la migración siguen presentes".

Botsuana se ha negado

En las últimas horas, el gobierno de otro país africano, el de Botsuana, ha confirmado que el Reino Unido intentó llegar a un pacto con ellos como el que ha cerrado con Ruanda, pero rechazaron el ofrecimiento.

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En declaraciones a una televisión sudafricana, el ministro de Exteriores de Botsuana, Lemogang Kwape, ha explicado que su país "siempre ha sido un lugar de acogida para quien huye de la persecución. La acogida de sudafricanos es un buen ejemplo", pero añade que la inestabilidad migratoria en la región les impide convertirse en un centro de recepción de personas devueltas por países europeos.

Botsuana ha sido un país de recepción de inmigrantes desde finales del pasado siglo, de hecho es uno de los países que registra un mayor ritmo de crecimiento económico en todo el mundo en los últimos años, si bien en el último informe sobre tráfico de personas que hace cada año el Departamento de Estado de Estados Unidos, su gobierno no ha llegado a implementar las políticas necesarias para evitar el tráfico de personas en su territorio.

Puedo confirmar que el gobierno británico se acercó a nosotros por vías diplomáticas, pero dijimos que no

—  Lemogang Kwape, ministro de Exteriores de Botsuana

Según datos del Centro Africano de Estudios Estratégicos, con sede en Estados Unidos, el sur de África va a ser escenario de la mayor movilidad fronteriza en todo el continente por el impacto del cambio climático en los próximos años. Según este organismo, hasta 800.000 personas se pueden ver obligadas a refugiarse en otros países de aquí a 2050. La inmigración interna en África no ha dejado de crecer en lo que llevamos de siglo.