Los One Club Man, una especie en extinción

Los movimientos de mercado en el fútbol moderno están llevándose por delante una figura en serio riesgo de extinción. Escasean, cada vez más, aquellos jugadores que, después de dar el salto desde un filial hasta su primer equipo como profesionales, logran consolidarse en la élite e ir de la mano de su equipo hasta el último de sus días de pleno rendimiento. Ya sea por las expectativas incumplidas, por la tentadora llamada de otros proyectos o por el deseo de probar otras experiencias en el tramo final de su carrera, los One Club Man han llegado incluso a desaparecer en gran cantidad de equipos de la Primera División.

Aunque siempre se asume con los brazos abiertos una llegada al primer equipo rompiendo la puerta de la cantera, estas historias de amor por los colores nos han acostumbrado a tener su fecha de caducidad. Los vínculos jugador-club que tan fuertes se presuponen en las primeras experiencias tienden a difuminarse, ya sea por factores externos o internos. Y es que, pese a que los jóvenes debutantes siguen sucediéndose año tras año en casi todos los vestuarios, apenas se contabilizan casos de futbolistas de primera que permanezcan en el equipo que les abrió las puertas de la profesionalidad superada la treintena. Ciñéndonos a las cifras, la cantidad de jugadores de estas características en la máxima categoría pueden resumirse en una decena... y con serio riesgo de seguir disminuyendo.

El anuncio de la despedida de Iker Muniain del Athletic Club después de 15 temporadas con su primer equipo ha sido la última baja en esta estadística. La del capitán rojiblanco fue una historia temprana de amor por los colores, estrenándose con los 'mayores' con sólo 16 años y creciendo progresivamente en importancia sobre el césped y galones. Casi media vida ha estado vinculado el pelotero al aura de San Mamés, pero con 31 y recién levantada la Copa del Rey poniendo fin a 40 años de sequía ha encontrado el momento para poner el foco en nuevos retos.

Últimos emblemas 'de casa' en el fútbol español

El de Muniain no es el único caso con posibilidades de separar caminos después de una larga trayectoria de unión y compromiso con un mismo equipo. Está por ver, por ejemplo, cuál será el futuro de Nacho Fernández en el Real Madrid o de Sergi Roberto en el FC Barcelona. Ambos, únicos One Club Man en sus respectivos clubes con más de 30 años, concluyen sus vinculaciones este verano y su renovación permanece en el aire, peligrando más que nunca su continuidad. Además, los 34 años del madridista y los 32 del culé hacen difícil imaginar que su marcha pueda implicar además una retirada total del fútbol. Un año más se ha asegurado al menos el último emblema del Atlético de Madrid, un Koke Resurrección que sumará 17 temporadas defendiendo el escudo colchonero cuando venza su contrato en 2025.

Ampliar

Los ídolos de los aficionados están cambiando a velocidades de vértigo. Sondeando el resto de plantillas de primera, solamente la UD Las Palmas cuenta en sus filas con dos veteranos que cuentan todos sus partidos profesionales con la elástica pío pío (Álex Suárez y Eric Curbelo). Los demás se reparten un sólo One Club Man mayor de la treintena... en el caso de tener alguno. Únicos con sus características son Aritz Elustondo (Real Sociedad), Unai García (CA Osasuna), Manu Trigueros (Villarreal CF), Jaume Doménech (Valencia CF), David Gil (Cádiz CF), estandartes en sus equipos a pesar de que alguno de ellos ni siquiera sea oriundo de la misma tierra que su

Por peso en sus vestuarios, otros nombres se acercan a este calificativo. Grandes esperanzas hay puestas en hombres como José Luis Gayà (Valencia CF), Mikel Oyarzabal (Real Sociedad), Iñaki Williams (Athletic Club), Carlos Neva (Granada CF) o Kirian Rodríguez (UD Las Palmas), llamados a llevar los valores de sus equipos más allá de lo ya demostrado. Los jóvenes talentos de nuestro deporte, aquellos que empiezan a despuntar, asumen igual esta responsabilidad. Y también recogen la fe de los futboleros más románticos de España, quienes confían en que no se pierdan los lazos que algún día crearon leyendas.