'Siempre nos quedará mañana', la película más taquillera de Italia habla de violencia de género
Paola Cortellesi dirige este drama en blanco y negro sobre una mujer, esposa y madre, en la posguerra italiana y su empoderamiento frente al machismo y la violencia
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Barcelona
Película en blanco y negro sobre la violencia de género. A priori, nada hacía sospechar que Siempre nos quedará mañana, la ópera prima de la actriz y guionista Paola Cortellesi, se iba a convertir en el fenómeno cinematográfico del año y en una película capaz de superar en taquilla a Barbie y Oppenheimer. "Creo que el éxito de esta película se debe a la necesidad del público de abordar este tema. Le hemos dado la oportunidad. Ha habido tanto intercambio, tantos debates, tanta implicación emocional, decía la directora este fin de semana en el Barcelona Film Fest, donde el público estuvo de pie más de cinco minutos aplaudiendo este drama cómico que ella misma protagoniza y que está sirviendo de catarsis en sociedades donde los feminicidios siguen siendo demasiado habituales.
La película nos traslada a los años cincuenta, en plena posguerra italiana. Los soldados americanos todavía pueblan las calles de Roma, donde vive Delia, una ama de casa, esposa y madre, que tiene un marido maltratador y violento. Representa a cualquier mujer de la Roma de entonces, a nuestras abuelas y bisabuelas y nos recuerda al personaje de Sophía Loren en Un día particular, pero más triste todavía. Desde la primera escena recibe una bofetada de su marido, mientras suena una canción. Es así como comienza su jornada, mientras prepara el desayuno, recoge la casa, cose y se va a trabajar. Una vida sacrificada, sin otra posibilidad. Mientras ella trabaja a escondidas para ahorrar y darle a su hija la oportunidad de estudiar, pero su hija solo quiere casarse con un niño rico y huir. "Todo italiano, incluso el más joven, tiene una conexión con esta historia porque esta es nuestra historia como país, hablo de algo inventado y que sucedió en Roma, pero esa es al vida que se vivió allí. Cada uno de nosotros tiene una abuela o un abuelo que vivió cosas similares. También los franceses vivieron algo similar y los españoles".
Esa época marcó a Italia, tras Mussolini y el fascismo y fue una época en blanco y negro, tal y como muestra la película que evita el color. "Cuando mis abuelas me habían contado alguna historia de la época, que también incluí en el cuento, yo la imaginaba en blanco y negro cuando era pequeña. Porque esa historia, esa época, fue contada por el cine y el neorrealismo. Y los italianos crecimos con películas neorrealistas, incluso en televisión. Cuando pensé en hacer la película, el blanco y negro fue una elección instintiva, no estilística", confiesa la directora. La transición de la posguerra italiana, la ba contado el cine alpino, desde la commedia all’italiana con Dino Risi en títulos como Una vida difícil, pero también el neorrealismo, desde una perspectiva mucho más política. Ahí nos queda una de las grandes obras del cine italiano. Lo que añade Cortellesi es el tono cómico y feminista. Por eso, ha convertido este drama de una mujer en una comedia y que coreografía las escenas de violencia, poniéndoles música de la época para evitar el dramatismo de la situación. "Quería contar que esa violencia es un ritual, que le pasa siempre en su vida. No quería mostrarlo solo en una secuencia, sino en muchas, para esa sensación de repetición y para ver cómo esa mujer sigue haciendo su vida como si nada hubiera pasado".
De ahí que el día a día de esta mujer se intercale con las escenas de violencia. "Quería hacerlo con una canción, porque cualquier diálogo, cualquier discusión feroz, no habría podido transmitir esta continuidad, este infierno que se vive todos los días. Los detalles salpicados nos habrían distraído de la sensación de lo que estaba sucediendo. Las imágenes no son crudas, ni graciosas, pero el espectador puede imaginar y la imaginación es infinitamente más poderosa que algo que ve". La directora es una actriz cómica, que lleva décadas en la industria italiana. Ha escrito guiones, los ha protagonizada y ha trabajado con distintos directores. Decía que con esta historia sentía la necesidad de dirigirla y de mantener ese estilo de comedia italiana que ella sabe hacer. "Creo que el humor también es un buen vehículo para adentrarse en las historias y no para crear un desapego, una distancia, y deja entrar al espectador en la historia y cuando hablo del espectador. Si hubiera hecho un tema que no fuera sólo dramático, en mi opinión ni siquiera le habría hecho justicia a este tema".
Lo cierto es que Paola Cortellesi ha dado con la tecla. Ha conquistado a la taquilla italiana, pero ha conectado también con los espectadores del resto de países europeos. La fórmula del drama edulcorado con la comedia funciona para contar la historia de esta mujer que ocurre en el pasado, pero también en el presente. "Quería contar esta historia ambientada en el pasado porque en ese pasado no causaba escándalo, estaba a la orden del día. Han cambiado muchas cosas pero también quería entender qué permanece de esa mentalidad, la mentalidad de cómo el amor se convierte en posesión, que es una mentalidad que todavía hoy envenena nuestra sociedad".
De ahí la idea de ambientar la historia en el pasado, donde la violencia de género se quedaba dentro de las familias, donde se decía el "algo habrán hecho", donde las mujeres no podían ni separase, ni protestar, ni defenderse. ¿Qué pasa ahora? ¿Por qué los feminicidios en Italia o en España están en aumento? "La clave está en la educación. Esta violencia se repite desde hace muchos milenios. Hemos progresado, las mujeres pueden votar, pueden divorciarse, los derechos avanzan, pero la mentalidad no sigue el ritmo de lo que pasa, se queda atrás y eso se refleja dentro de las familias y lo más grave que pasa en los últimos muchos feminicidios es que se da entre gente joven, en familias con otras mentalidades menos machistas".
Tras los diversos premios recibidos desde el estreno de la película, que está nominada a 18 David de Donatello, los Goya italianos, la actriz se ha implicado mucho en presentar el filme en los colegios y en hablar con los políticos de su país. "Cambiar la educación es lo que vengo pidiendo desde hace tiempo. El gobierno ha endurecido las penas por violencia contra las mujeres, que está muy bien, pero creo que hay que prevenir. Y eso tiene que ver con la educación. Pedimos al gobierno y a la oposición, cuyos representantes son pro primera vez en Italia todas mujeres, que trabajen en esto. Que haya una asignatura obligatoria desde la guardería hasta el bachillerato. Sería deseable pero supondría una enorme pérdida de tiempo. Porque la reforma escolar significa mucho dinero que ciertamente no se asigna actualmente a la educación", nos cuenta.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...