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Venecia se convierte en la primera ciudad al mundo en la que hay que pagar para visitarla, ¿cómo comprar la entrada y cuánto cuesta?

Desde este jueves 25 de abril es necesario comprar un ticket si no se cumplen una serie de condiciones

Vista del 'campanille' de San Marco, en Venecia.

Madrid

Venecia ya no soportaba más turismo y la ciudad decidió aplicar una medida insólita. Desde este jueves, la ciudad se ha convertido en la primera del mundo en la que hay que pagar para poder visitarla. Para poder acceder al centro, será necesario pagar un peaje de 5 euros. Una medida que espera ser disuasoria y evite las grandes cantidades de turistas que acuden diariamente a una ciudad tan frágil por sus circunstancias específicas.

Para comprar ese ticket de acceso es tan sencillo como entrar en el nuevo portal dedicado a la venta de entradas. De las 171.000 personas registradas hasta este sábado, 40.000 habían pagado esa tasa y el resto estaban exentos por diversas circunstancias. La medida ha estado rodeada de una enorme polémica ya que los propios venecianos se oponían y no es fácil de aplicar.

¿Quiénes no pagan?

La lista de excepciones es larga. Entre los ciudadanos que no tiene que abonar la tasa están aquellos que son de la región del Véneto, los que acuden a la ciudad solo a trabajar o a visitas médicas, los que se alojan en hoteles del centro o en casa de venecianos o ir sólo a las islas. Todas las singularidades también se especifican en ese portal de los tickets.

¿Cómo sacar los tickets?

La forma de sacar la entrada para acceder a la ciudad es tan sencilla como la de cualquier otro ticket para un espectáculo. En la web hay un calendario en el que aparecen marcados los días que sí hay que pagar. Se selecciona la fecha elegida y el número de entradas. Los menores de 14 años no pagan pero deben contabilizarse también.

¿Qué días en concreto hay que pagar?

Por el momento son 29 los días en los que se podrá ingresar en la ciudad sólo con reserva y pago para quienes no se alojen en la laguna. No habrá torniquetes y unos 200 inspectores entre controladores y agentes municipales se dedicarán a revisar aleatoriamente la posesión del código QR que da derecho a entrar tras pagar los 5 euros por internet.

La medida estará en vigor desde mañana, 25 de abril, el inicio de un puente en el que se prevé una importante presencia de turismo, hasta el 5 de mayo, cuando comenzará a cobrarse durante los sucesivos fines de semana hasta el 14 de julio, además del 1 y 2 de junio. Las multas para los infractores van de 30 a 500 euros.

En el centro de Venecia quedan 48.997 habitantes, la mayoría mayores de 65 años: en cambio, hay más de 52.000 plazas turísticas, en los días punta los visitantes superan los 170.000 y en 2023 Venecia recibió 38 millones de visitantes, pero sólo el 30 % durmió en la laguna, según las asociaciones de ciudadanos.

¿Servirá para limitar el turismo?

El concejal Giovanni Andrea Martini, líder de la opositora 'Toda la ciudad unida ', que capitanea las protestas contra la medida, dice a EFE que "no va funcionar, porque no se ha puesto un límite y bastará pagar. No son los 5 euros los que limitarán el turismo". Además, añade, crea "un problema de privacidad para los ciudadanos al tener que explicar tus movimientos o a quien alojas en tu casa".

Martini y las asociaciones han organizado manifestaciones en la plaza Roma, la principal entrada a Venecia, para protestar porque ahora "se convierte de verdad en una ciudad museo donde hay que pagar", sin "abordar todas las verdaderas problemáticas de sus ciudadanos".

"Se trata sólo de un modo de monetizar sin resolver el problema porque no se ha puesto un límite a la entrada", explica Marco Gasparinetti, también concejal y portavoz de la asociación '25 abril', cuya propuesta era también "una reserva, pero gratuita y con un límite de acceso".

Señala que la gran paradoja es que "se aplica sólo hasta las 16.00 (horas), lo que significa castigar a las familias y dejar total libertad a los que vienen a emborracharse, a celebrar las despedidas de soltero, a ese turismo molesto para los habitantes" y añade: "Esto es un impuesto, no una contribución".

Más que un pago, "un sistema de reserva"

El alcalde, Luigi Brugnaro, defiende su iniciativa. "Nadie quiere cerrar la ciudad y si alguien quiere venir esos días puede hacerlo pagando 5 euros y reservar la visita. Esto nos dará datos reales e importantes: cuántos visitantes, de dónde vienen, cuántas exenciones y mucho más, una herramienta importante para entender cómo organizar los servicios", dijo en una reciente rueda de prensa en la sede de la Asociación de la Prensa Extranjera en Roma.

Es "un experimento que nadie ha llevado a cabo hasta ahora, pero que muchas ciudades internacionales están analizando con atención", asegura el concejal de turismo, Simone Venturini.

"La tarifa de acceso no fue concebida como un 'billete' que pagar, sino como un sistema de reserva para visitar el centro histórico con el objetivo de mejorar la gestión de los flujos y lograr un equilibrio entre las necesidades de quienes pretenden descubrir las bellezas de la ciudad y aquellos que, en cambio, viven o trabajan en ella".

Y concluye: "Somos conscientes de que será un viaje largo y, si es necesario, estamos dispuestos a hacer ajustes en el camino. Sin embargo, no podemos esperar más, porque Venecia es una ciudad frágil, que debe ser protegida por todos aquellos que la visitan durante el día".

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