Carolina Yuste: "Algo pasa en el sistema cuando un nene solo se plantea dos opciones: o matarse o matar"
La actriz debuta como directora con el monólogo 'No juegues con Carrie', un relato de cómo surge la violencia y las consecuencias del acoso escolar
Carolina Yuste
Ganó un Goya con uno de sus primeros papeles en el cine, gracias a Carmen y Lola, la película de Arantxa Echevarría. Con la directora acaba de rodar Infiltrada, una película sobre una policía que se infiltra en ETA. "Es la relación más larga que he tenido", bromea sobre su colaboración con la cineasta. Carolina Yuste se mueve entre el cine, el teatro y la televisión, intentando que los papeles que elige digan algo a la sociedad. Su creatividad y su necesidad de que las cosas sean un poco más justas, dice, es lo que está detrás de que haya debutado como directora teatral. Dirige, junto a Sara Sierra, el monólogo No juegues con Carrie, que han estrenado en el Teatro Quique San Francisco de Madrid y que protagoniza Enrique Cervantes, el autor del texto. Los tres fueron compañeros de estudios y los tres sufrieron, de manera diferente, acoso en el colegio. "Nos interpelaba, porque también habíamos sufrido acoso en el cole, más que colocarme en el lugar de directora, prefiero generar compañía", dice la actriz en una entrevista en la Cadena SER.
"Este es un montaje de mucha gente y nace con la idea de de hacer cosas que nos duelen y con toda nuestra ira, nuestra violencia, nuestra rabia, nuestro dolor y nuestra frustración, intentar de alguna manera que eso no se transforme en más ira, más rabia, más frustración y más violencia. Creo que el teatro y el arte es el medio ideal para canalizar todo eso y poder generar otro tipo de emociones", añade la directora sobre una obra donde la ira y la violencia están a flor de piel en el texto y en el montaje. No juegues con Carrie es, efectivamente, un monólogo sobre el acoso escolar que cuenta el encuentro de un joven de 33 años que queda a tomar café con un antiguo compañero del colegio, un tal Pedro, y recuerda, minutos antes, todo el acoso sufrido en cada curso escolar y toda la homofobia que sus compañeros, incluido Pedro, volcaron hacia él. "Antes no se vivía con más libertad y, menos, para las personas del colectivo. Eso no quita que ahora tampoco vivamos con excesiva libertad. En muchos casos, no creo que tengamos mucha libertad de elegir. Por ejemplo, hay cosas que nos vienen dadas y que tienes que sobrevivir y no te queda otra. Pero, evidentemente la conquista de derechos que hemos conseguido las personas del colectivo, por ejemplo, es importante".
El monólogo interpela al público, haciéndole partícipe y poniéndole en el papel del que muchos hemos participado, el de aquel que calla, mira para otro lado y permite el delito y la violencia. "No estoy responsabilizando a nadie, pero creo que no sabemos cómo intervenir. A veces nos da mucho miedo que que a los pequeños les esté pasando algo. Por ejemplo, en el caso de las chavalas que pueden tener anorexia, bulimia, vemos que no hay herramientas. A los padres les puede dar mucho miedo y también hablar del suicidio da mucho susto, porque hostia, hay algo de fracaso absoluto de una sociedad que no es capaz de entender que algo falla desde el sistema educativo para que les niñes no vean que hay otra posibilidad".
La obra habla también del agresor como víctima de un sistema que acaba por volver locos a todos y generar violencia. "La pregunta que me interesa es qué sucede en un nene de esas edades cuando, de repente, siente tanta presión, tanto dolor y tanta rabia que la única opción que se le plantea es o matarse o matar", explica. "Me cuesta creer que esa persona nace monstruo. Efectivamente, hay un gran sistema educativo que, en general, está educando a los nenes de esas edades para ser productivos en un sistema posterior, o sea, que les genera una competencia, una ansiedad. Al final, tienes esa sensación de que tienes que pisotear a los demás para sobrevivir", contaba en una posición más cercana a Rousseau que a Hobbes, en la concepción de cómo surge el mal, si viviendo en sociedad o en un estado anterior de la naturaleza humana.
La obra iba a titularse Don't Fuck With Carrie, pero finalmente han tenido que dejarla en un título más suave, No juegues con Carrie en vez de No jodas a Carrie. Sin embargo, no dudan en incluir una broma dentro del texto sobre este cambio, además de referencias a qué pasa en los institutos americanos, donde las armas encima son fáciles de conseguir para muchos alumnos, o qué pasa con Carrie, por qué el personaje de Stephen King, que por cierto cumple 50 años, ha influido tanto en una generación. "Carrie es la historia de bullying más grande de esta época. Carrie no solo entra al cole, sino que empieza a caminar por todo el pueblo y se lo lleva todo por delante", cuenta la actriz que ahora prepara su primer largometraje como directora. Tras presentar el corto Ciao Bambina! prepara la película de esta historia sobre los cuerpos y el acompañamiento a su amigo en su transición de género.
Carolina Yuste: "Algo pasa en el sistema cuando un nene solo se plantea dos opciones: o matarse o matar"