¿Dimitirá Sánchez o no? Todos los escenarios posibles ante la gran decisión del presidente del Gobierno

Pocas horas para conocer la decisión de Pedro Sánchez sobre si dimite o si sigue al frente del Gobierno. Este lunes concluye el periodo de cinco días que el líder socialista anunció que se tomaría esta semana para reflexionar acerca de si merecía la pena seguir siendo el mandatario del país o renunciar tras las informaciones publicadas sobre su mujer, Begoña Gómez, y a quien la Justicia le abrió una investigación. «La pregunta que legítimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa», dijo en una carta difundida en redes sociales. Todo el Partido Socialista se ha movilizado en cuerpo y alma para arropar a Sánchez en este momento difícil y el sábado reconvirtió la celebración del Comité Federal en un acto de apoyo masivo a su líder. Miles de simpatizantes se agolparon a las puertas de Ferraz para pedirle que se quede y agrupaciones socialistas fletaron autobuses de diferentes comunidades autónomas para acudir al evento. Asimismo, este domingo, miles de personas han salido a manifestarse a las puertas del Congreso para defender la democracia frente a los bulos y chantajes. Desde Moncloa guardan silencio y durante este domingo no se han pronunciado. Algunos ministros más cercanos a Sánchez, como Óscar Puente, han asegurado que veían difícil que Sánchez se quedara y dejaban claro que era una decisión personal, que no respondía a ninguna táctica ni estrategia política. Algo de lo que les ha acusado la derecha y la ultraderecha. Y hasta que el presidente se pronuncie este lunes y comunique finalmente qué hará, estos son los diferentes escenarios que hay. El presidente podría decidir quedarse tras consultarlo con su familia y entorno más cercano porque considera que «merece la pena». De esta manera, haría frente a los bulos y desinformaciones de la derecha y ultraderecha, y seguiría defendiendo la integridad y las políticas del Gobierno. No obstante, este escenario se presenta complicado. Sánchez podría quedarse, pero someter su liderazgo a una cuestión de confianza. Según recoge el artículo 112 de la Constitución, el presidente dejaría su confianza en manos del Congreso tras una deliberación previa en Consejo de Ministros. Si obtiene el voto favorable de la mayoría simple de la Cámara Baja, es decir, más síes que noes, se quedaría. Al igual que las investiduras, precedería un debate con intervención inicial y turnos para los demás grupos parlamentarios. De no obtener la confianza de la Cámara, abandonaría el Ejecutivo, por lo que se abriría un nuevo periodo de consultas el rey para hablar con todos las formaciones del Congreso y otorgar el mandato a un candidato para presentarse a una investidura. Es previsible que todos los partidos que votaron «sí» a la investidura de Sánchez, le apoyen en la cuestión de confianza. La gran incógnita sería la decisión de Junts. Si el líder socialista dimite como presidente del Gobierno, como hizo Adolfo Suárez en 1981, todo el Gobierno cesaría, pero se mantendría en funciones hasta la toma de posesión de un nuevo Ejecutivo. Según la Constitución, las funciones de Sánchez las asumiría alguno de los vicepresidentes o ministros, aunque en este caso, lo más probable sería que la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, asumiera el mandato del Gobierno de forma provisional hasta la celebración de una investidura. En ese momento, Sánchez debería comunicar al rey su dimisión para que el jefe del Estado pueda abrir una ronda de contactos con todos los grupos parlamentarios y proponer un candidato para ser investido presidente en el Congreso. Si el candidato no lograra ser investido, se abriría un plazo en dos meses en los que el rey volvería a reunirse con los partidos para proponer a otro candidato a la investidura. Si ningún candidato logra la confianza de la Cámara Baja, se disuelven las Cortes de forma automática y se convocarían nuevas elecciones. Otra posibilidad que se baraja es que Sánchez no dimita, pero que anuncie nuevas elecciones. Esto no lo podría hacer ya, sino que tendría que esperar al 30 de mayo para que se cumpla un año desde la anterior convocatoria. Como el 30 de mayo de 2023, Sánchez disolvió las Cortes y convocó el adelanto electoral, tendría que ser a partir de ese día cuando pueda anunciar elecciones. Hasta el 30 de mayo, el líder socialista se mantendría como presidente con todas sus funciones y tanto el Congreso como el Senado desarrollarían su actividad habitual con total normalidad.

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El líder del PSOE mantiene a todo el país en vilo a pocas horas de comunicar si sigue al frente del Gobierno o renuncia

Sandra Fernández Pérez

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