Punto y aparte

Madrid

Se queda. Habrá que ver las consecuencias políticas de la decisión de Pedro Sánchez de no dimitir ni presentar una cuestión de confianza en el Congreso, sino de cerrar este extraño paréntesis de cinco días igual que lo empezó, con una apelación directa y personal a los ciudadanos. De momento, ésta no parece la manera más segura de sanear el debate y disminuir la crispación política, pero habrá que esperar a conocer con más precisión en qué consiste lo que él ha llamado “punto y aparte”. Ojalá se trate de la búsqueda de un acuerdo multipartidista para sacar del espacio político lo que nunca debió formar parte de él. Es verdad que la sociedad española se enfrenta a un problema serio por la ineficacia del órgano que debe salvaguardar la independencia de los jueces y Tribunales, el Consejo General del Poder Judicial, bloqueado desde hace cinco años por el Partido Popular. Y es verdad que el lanzamiento de bulos ha aumentado exponencialmente. Son dos grandes riegos para la democracia y los dos están vinculados. Primero, porque el deterioro del Consejo del Poder Judicial está afectando gravemente a la imagen de la Justicia y a su eficacia. Y segundo, porque es precisamente esa justicia independiente la que debe ayudar a controlar los bulos y a la prensa basura. Así que si alguien está de verdad interesado en acabar con este estado de cosas, lo primero es restaurar la imagen de la Justicia. Empiece el punto y aparte por ahí.