¿Cómo afecta el cambio climático a España?

El cambio climático está teniendo un impacto significativo en España, un país conocido por su diversidad geográfica y climática. En 2024, España enfrenta desafíos sin precedentes debido a este fenómeno global. El año 2023 se registró como el más caluroso en décadas, y las proyecciones para 2024 sugieren que la tendencia al alza en las temperaturas continuará, lo que podría llevar a superar temporalmente el umbral crítico de 1.5 °C de calentamiento global. Este aumento de la temperatura está afectando a los recursos hídricos del país, con una disminución en la disponibilidad de agua dulce, lo que a su vez impacta negativamente en la agricultura, la ganadería y los ecosistemas terrestres.

Fenómenos meteorológicos extremos

Los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor más frecuentes e intensas, están poniendo a prueba la capacidad de respuesta de las infraestructuras y la salud pública. Además, el cambio climático está alterando los patrones de precipitación, lo que resulta en periodos de sequía más prolongados intercalados con episodios de lluvias torrenciales que pueden provocar inundaciones devastadoras. Estos eventos extremos no solo tienen un costo humano y económico directo, sino que también afectan la biodiversidad y los hábitats naturales, poniendo en peligro especies endémicas y aumentando el riesgo de incendios forestales.

En el medio marino, el aumento de la temperatura del agua y la acidificación de los océanos están afectando a las especies marinas y a los ecosistemas de los que dependen, incluyendo la pesca, una industria vital para la economía española. Las costas españolas, especialmente en áreas como el Mediterráneo, también están experimentando la erosión y la subida del nivel del mar, lo que amenaza las zonas costeras habitadas y los valiosos ecosistemas de humedales.

Qué medidas está tomando España

A nivel nacional, España está tomando medidas para mitigar y adaptarse a estos cambios. La transición hacia energías renovables y la eficiencia energética es una prioridad, con compromisos asumidos en la COP28 para triplicar la cantidad de energías renovables y duplicar la eficiencia energética en la próxima década. Además, se están implementando estrategias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, incluyendo aquellas procedentes de los sistemas alimentarios.

Sin embargo, el cumplimiento de estos compromisos es crucial. Las palabras por sí solas no son suficientes para combatir el cambio climático; se requieren acciones concretas y medibles. La comunidad internacional, incluida España, debe mantenerse firme en sus esfuerzos para cumplir con los objetivos establecidos y asegurar un futuro más sostenible y habitable. La atención se centra ahora en la implementación efectiva de estas políticas y en la vigilancia de su impacto en la reducción del cambio climático, con la esperanza de que las medidas adoptadas puedan mitigar los efectos adversos y proteger el patrimonio natural y cultural del país para las generaciones futuras.