"Son una apuesta": la reflexión de Luis García Montero sobre las palabras de Sánchez y el "deterioro" de España

Madrid

Se diga lo que se diga, la carta de Pedro Sánchez, sus días de reflexión y su apuesta final de permanecer en el cargo, han dejado sobre la mesa algo importante: debemos reflexionar sobre el peligroso deterioro en España y en el mundo de la vida democrática. Se quieren imponer los discursos del odio, la pérdida de pudor y la falta de respeto al propio sentido de humanidad. Debemos recuperar la dignidad de las actuaciones, ya sean políticas, periodística o judiciales. No es bueno que un político se parezca a Donald Trump, que un periodista sea más mentiroso que un estafador o que un juez tenga más peligro que un delincuente.

En mis palabras anteriores he hablado de reflexión y apuesta. No he dicho decisión, y no por un escrúpulo de poeta para evitar la rima entre reflexión y decisión, sino porque las palabras de Pedro Sánchez son una apuesta. Quedarse significa asumir que es necesario actuar para que la autoridad política se enfrente a la degradación de la convivencia que la derecha está provocando.

El dolor es inevitable cuando uno es humano. Estamos viendo en el mundo muchas marionetas pasadas de edad o de circo que trabajan a la orden de los intereses más egoístas. Justifican genocidios, insultan sin pudor y están huecos por dentro. No ser una marioneta, ser una persona y tener sentimiento, te hace sufrir, pero es tan importante para asumir la autoridad política que nos defienda de la ley de la selva. Lo que ha ocurrido, dice el Presidente, no será un punto y seguido, sino un compromiso de firmeza.

El cambio climático exige medidas. Y me alegro que sea este Gobierno el que las asuma.

Porque ha tomado ya muchas medidas importantes.