Decenas de detenidos en Georgia por protestar contra un proyecto de ley de corte prorruso
La policía ha reprimido las protestas contra una nueva legislación que pretende frenar la inversión de empresas extranjeras
La policía ha dispersado con cañones de agua y gases lacrimógenos una manifestación de opositores en Tiflis, la capital de Georgia, en la que parte de la ciudadanía protestaba contra un nuevo proyecto de ley que consideran que va a restringir la libertad de expresión en el país y lo va a acercar a la legislación rusa. La acción de la policía ha derivado en más de 60 detenciones y en múltiples heridos, entre ellos el líder del principal partido opositor georgiano.
Este proyecto de ley, que ha pasado ya un primer trámite parlamentario, pretende poner coto a la inversión extranjera y establece que por ejemplo los medios de comunicación u organizaciones georgianas que reciban más de un 20% de sus financiación desde fuera del país deberán registrarse bajo el estatus de "agentes bajo la influencia extranjera".
En esencia, es una ley que copia el espíritu de una vigente en Rusia desde la invasión de Ucrania y que habilita a las autoridades rusas a perseguir a opositores. Es además la segunda vez que las autoridades georgianas intentan sacarlo adelante, y ya en la primera ocasión hubo protestas en el país.
La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, ha mostrado su respaldo a los manifestantes, pero el primer ministro, Irakli Kobajidze, es el principal defensor del proyecto de ley y ha acusado a los opositores de generar violencia en las calles de la capital. El país vive por tanto una división interna que se une a una encrucijada en la que está decidiendo si su camino en el futuro va de la mano de Occidente o se situará al amparo del Kremlin.
La tensión en las calles se ha trasladado también al Parlamento, que celebra durante toda la mañana de este miércoles una sesión en la que se debate la legislación. En un momento del debate retransmitido en directo por televisión, un diputado del partido en el gobierno ha lanzado un libro a diputados opositores al tiempo que otros se han enzarzado en una discusión a gritos.
Preocupación en Bruselas
Desde el año pasado, la Unión Europea ha otorgado el estatus de país candidato a la adhesión a Georgia, aunque ya entonces recomendó al país que llevara a cabo una serie de reformas para acabar de cumplir con los estándares comunitarios. El Alto Representante Josep Borrell ha reaccionado en X a los incidentes de las últimas horas.
"Condeno con firmeza la violencia contra los manifestantes que protestaban pacíficamente", escribe Borrell, quien añade que "el uso de la fuerza para reprimir a los manifestantes es inaceptable".
Este miércoles, los tres países del Báltico han emitido un comunicado conjunto en el que muestran su preocupación por la deriva de Georgia. "Pedimos al Parlamento que se abstenga de tomar decisiones que puedan socavar las aspiraciones de los ciudadanos de Georgia de vivir en un país democrático que avance hacia su integración en la Unión Europea y en la OTAN", escribían los representantes de Estonia, Letonia y Lituania.
Más información
La realidad geopolítica de Georgia guarda semejanzas con la de Ucrania, ya que en el año 2008 las tropas rusas intentaron anexionarse Osetia del Sur y Abjasia, dos territorios georgianos étnicamente diferenciados del resto del país. Estas regiones declararon su independencia, que apenas tiene reconocimiento internacional, y son sede de varias bases militares de Moscú.
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Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...