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El otro Caso Asunta: la desconocida historia de Elisa Abruñedo, que fue violada y apuñalada 20 días antes

Elisa Abruñedo fue asesinada 20 días antes de la muerte de Asunta Basterra, pero su caso quedó eclipsado

El otro Caso Asunta: La muerte de Elisa Abruñedo se resolvió buscando en un archivo parroquial

Elisa Abruñedo era una trabajadora de una residencia de ancianos de 46 años que vivía en una pequeña aldea de la localidad coruñesa de Cabanas. Estaba casada y tenía dos hijos. Tenía una vida feliz y rutinaria en su pueblo y con su familia, en la que una de sus costumbres era pasear cada día por los caminos rurales. Lo hacía por la mañana o por la tarde, dependiendo del turno que llevara en la residencia de ancianos y solía ir acompañada de uno o varios miembros de su familia. El 1 de septiembre de 2013 salió a dar ese paseo al atardecer, pero ese día fue sola. En el recorrido se encontró con una vecina y, cuando estaba a punto de llegar a su casa, alguien la abordó y la mató después de agredirla sexualmente.

Su cuerpo fue hallado un día después entre unas zarzas, a poca distancia de su vivienda. El culpable dejó rastros de ADN en la escena, algo que luego será crucial. En los primeros pasos de la investigación, la Guardia Civil se dedicó a establecer una lista de posibles culpables entre personas del entorno de los pueblos cercanos, pero todos resultaron descartados. Entonces los investigadores decidieron apostarlo todo, o casi todo, a una muestra de ADN para dar con el asesino.

El ADN del culpable fue esencial

Durante años estuvieron tomando muestras a los vecinos de la zona y analizando hasta la saciedad esas escasas gotas de restos biológicos que el asesino dejó. El círculo se estrechó gracias al Instituto de Ciencias Forenses Luis Concheiro, uno de los más prestigiosos en el mundo, que se encuentra precisamente en Galicia. El ADN normalmente sirve para ser comparado con otras muestras para encontrar coincidencias, pero en ese instituto cuentan con una técnica que permite obtener fenotipos a raíz de restos genéticos. Es decir, conocer características físicas del sospechoso. Y en este caso se obtuvo una crucial: el culpable tenía la piel clara y era pelirrojo.

Así fueron apuntando posibles candidatos y pidiendo a lo largo de años pruebas voluntarias a determinadas personas, hasta que dieron con un resultado que les iluminó el camino: una de las muestras coincidía parcialmente con los restos de la escena, lo que indicaba que se trataba de un familiar del homicida y agresor sexual. Después de descartar a todos los posibles sospechosos, consiguieron obtener una muestra genética del principal candidato y la coincidencia era del 100%. La Guardia Civil detuvo al presunto autor del crimen de Elisa Abruñedo 10 años después.

"El acusado de este crimen fue un varón, que cuando mató a Elisa tenía 39 años, ahora va a cumplir 50. Soltero, vecino de Narón, en A Coruña, que trabajaba como auxiliar mecánico y era un gran aficionado a la caza. Un hombre que no tenía antecedentes de carácter violento o sexual, por lo que su búsqueda fue muy complicada para la guardia civil", nos dice Beatriz Rubín, abogada de la familia de Elisa Abruñedo. Elisa y él no se conocían de nada y todo apunta a que su muerte fue una fatal casualidad de estar en el peor momento en el lugar equivocado.

A mediados de 2023 se resolvió el crimen

Para encontrar a los posibles sospechosos y tomarles pruebas los investigadores recurrieron, a partir del estudio del ADN, a unos archivos muy especiales, tuvieron que revisar los registros parroquiales de la zona para bucear entre árboles genealógicos que les dieran una pista sobre por dónde buscar. "Hay un estudio bastante arduo del aloetipo Y y arroja que es originario de 3 o 4 parroquias del ayuntamiento de Valdomiño, limítrofe de Narón donde vivía el presunto agresor.

Se decide cribar a todas las personas y localizan a tres ramas familiares con el apellido Rodríguez que tienen una proximidad y coincidencia genética por línea paterna. Pero el problema es que hay muchos datos", nos dice Beatriz Rubín, abogada de la familia de Elisa Abruñedo. En el año 2021 se incorpora a la investigación la UCO y este refuerzo va a ser decisivo para resolver la investigación. "Como ellos saben que el presunto autor pertenece a la rama de los Rodríguez de Valdomiño tiran de los registros eclesiásticos. Y tiene que comprobar si esas ramas familiares tienen herederos que hoy estén vivos y se trata de 9 o 10 ramas familiares hacia atrás. Y con los datos que obtienen es a mediados del 2023 cuando el puzzle empiece a encajar", nos dice la abogada.

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Marta Estévez

Productora y redactora de la Ventana. Ligada...