Un orangután de Sumatra, el primer animal salvaje que se cura una herida con una planta medicinal
Científicos han descubierto cómo un ejemplar de esta especie aplica una planta con propiedades analgésicas y una malla vegetal para curarse una herida en la cara
Científicos alemanes descubren cómo un ejemplar de esta especie de gran simio aplica una planta con propiedades analgésicas y una malla vegetal para curarse una herida en la cara. Se llama “Rakus” y es un macho adulto de orangután y ahora es el primer animal salvaje que se ha demostrado que es capaz de tratar una herida con plantas medicinales.
Este comportamiento tan inteligente lo ha descubierto un equipo de biólogos del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal de Alemania y de la Universidad Nacional de Indonesia.
Este orangután vive en la selva de Sumatra y, sufrió una herida en la cara, comió y aplicó, de forma repetida, la savia de una planta trepadora que tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas que los seres humanos también utilizan en la medicina tradicional.
Además, “Rakus” también supo cubrir toda la herida con una malla vegetal verde. Y, por lo tanto, los biólogos creen ahora que el tratamiento médico de heridas ya no es una práctica solo de los seres humanos, sino que pudo haber surgido en un ancestro común compartido por humanos y orangutanes.
Comportamiento excepcional
Los científicos ya habían descubierto que los parientes más cercanos de los humanos, los grandes simios, ingieren plantas específicas para tratar la infección por parásitos y se frotan la piel con material vegetal para tratar los dolores musculares.
De hecho, recientemente se observó a un grupo de chimpancés en Gabón aplicando insectos a las heridas.
Sin embargo, hasta ahora, no se había demostrado la capacidad de tratarse las heridas con una sustancia biológicamente activa.
Este nuevo hallazgo ha sido publicado en la revista “Scientific Reports”, ha sido dirigido por Caroline Schuppli e Isabelle Laumer y se ha realizado en bosque tropical de Indonesia, donde viven aproximadamente 150 orangutanes de Sumatra en peligro de extinción. "Durante las o observaciones diarias de los orangutanes, notamos que un macho llamado Rakus había sufrido una herida en la cara, probablemente durante una pelea con un macho vecino", explica Isabelle Laumer.
Tres días después de la lesión, Rakus arrancó selectivamente hojas de una liana llamada Akar Kuning ( “Fibraurea tinctoria” ), las masticó y luego aplicó el jugo resultante precisamente sobre la herida de la cara durante varios minutos.
Además, como último paso, cubrió completamente la herida con las hojas masticadas.
Planta curativa
Esta y otras especies de lianas relacionadas que se pueden encontrar en los bosques tropicales del sudeste asiático son conocidas por sus efectos analgésicos y antipiréticos y se utilizan en la medicina tradicional para tratar diversas enfermedades, como la malaria.
Las observaciones realizadas durante los días siguientes no mostraron ningún signo de infección de la herida y, después de cinco días, la herida ya estaba cerrada.
“Curiosamente, Rakus también descansó más de lo habitual cuando fue herido. El sueño afecta positivamente a la cicatrización de heridas, ya que durante el sueño aumentan la liberación de la hormona del crecimiento, la síntesis de proteínas y la división celular”, añade esta investigadora alemana.
Lo importante del comportamiento de Rakus es que es intencionado, porque trató solo su herida de la cara y ninguna otra más parte de su cuerpo con el jugo de la planta curativa.
El comportamiento también se repitió varias veces, no sólo con el jugo de la planta sino también más tarde con material vegetal más sólido hasta que la herida estuvo completamente cubierta.
Este comportamiento innovador es la primera prueba sobre el tratamiento activo de heridas con una sustancia biológicamente activa en una especie de grandes simios y proporciona nuevos conocimientos sobre la existencia de la automedicación en nuestros parientes más cercanos.
Actividad humana
Por primera vez, el tratamiento de las heridas humanas se menciona en un manuscrito médico que data del año 2.200 Antes de Cristo y este ya incluía limpiar, enyesar y vendar las heridas con determinadas sustancias curativas.
Ahora, este nuevo descubrimiento demuestra que las formas de tratamiento activo de heridas no son sólo humanas, sino que también se pueden encontrar en grandes simios africanos y asiáticos.
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...