"El 30% de los menores en el norte de Gaza ya sufre desnutrición aguda y el número va en aumento"

Natalia Anguera, responsable de Acción Contra el Hambre para Oriente Medio y Daniel Rosselló, delegado de Cruz Roja Española en Palestina explican en La Ventana la situación de la población civil en Gaza, tras la entrada de Israel en Rafah y el miedo a una ofensiva terrestre en la zona. Como todas las organizaciones de ayuda humanitaria que actúan sobre el terreno, se debaten entre la obligación de velar por la seguridad de su personal y su deber de no desamparar a la población civil cuyo nivel de sufrimiento no deja de incrementarse cada día que pasa. «Estamos viendo cada vez más casos de desnutrición sobre todo entre las personas más vulnerables, los niños y las embarazadas», nos cuenta Anguera. Aunque resulta muy difícil recopilar datos, el programa mundial de Alimentos asume cifras que impactan. «En el norte de Gaza se estima que un 30% de los niños menores de dos años sufren desnutrición aguda, y en el sur esa cifra supera ya el 10%. Además es un problema en aumento», relata. Detrás de esas cifras está un territorio devastado, con cientos de miles de desplazados, agricultores que han abandonado sus cultivos o personas que se dedicaban a la ganadería y que «han tenido que dejar a sus animales y granjas o que se los han comido ya». Explica Anguera que la dieta diaria de los gazatíes se reduce a algunos vegetales, tomates o pepinos que aún se encuentran en los mercados a un precio desorbitado, junto con algunos remantentes escasos de ayuda humanitaria en forma de arroz o latas de hummus: «Hay muy poca variedad y muy poca cantidad, la proteína animal es muy difícil de encontrar». La preocupación es máxima también en Cisjordania, donde hemos contactado con el delegado de Cruz Roja Española en Palestina, Daniel Rosselló. «Aquí la situación es muy complicada, por suerte no hay hambruna y desabastecimiento como en Gaza, pero sí una crisis económica muy aguda porque la gente no puede acudir a sus trabajos ni muchos agricultores acceder a sus tierras. El desplazamiento interior es muy complejo, pensad que hay más de 800 check points y barreras en las carreteras», cuenta. La población es testigo a diario y en directo de lo que ocurre en Gaza: «No se separan del televisor viendo cómo matan a sus compañeros y sin que haya reacción de la población internacional. Temen ser los siguientes dentro de la ofensiva israelí». Y es que los ataques no cesan. «Israel lo justifica diciendo que se trata de acabar de focos armados que se localizan en los campos de refugiados del norte de Cisjordania. La realidad es que cualquier palestino que esté en el lugar y en el momento equivocado es susceptible de caer bajo el fuego de las fuerzas de seguridad israelíes», resume.

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Acción Contra el Hambre es de las pocas organizaciones que quedan ya en Palestina

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