Carmen Romero, sobre el suicidio de su hermano: "Miguel murió sin un diagnóstico claro y con el alta hospitalaria"

Cada día en España se quitan la vida unas 12 personas. Esta cifra terrible que representa un gran problema en la sociedad, permitió entre otras cosas que se pusiera en marcha hace dos años un teléfono de ayuda y de prevención del suicidio. El 024, en todo este tiempo ha recibido unas 260. 000 llamadas, de las que un 25% las han realizado menores de 30 años.

Esto no está pasando es el resultado de haber plasmado la pérdida de Miguel, el hermano de la humorista Carmen Romero, que se suicidó una tarde mientras estaban viendo la clásica película de El Padrino. Sin embargo, no se trata de un libro cotidiano que habla sobre este problema, sino que lo ha escrito en clave de humor y teniendo muy presente el recuerdo de su hermano.

En primeras instancias, este proceso ha sido una "locura" asegura la humorista. Este libro nace con la idea de contar la historia de Miguel, un joven militar que sufría frecuentemente brotes psicóticos producidos, en principio, por una vida laboral muy dura y la falta de descanso. Aquella tarde se le quedo grabada de por vida, y a partir de ese momento se puso en marcha con el libro con el que quiere relatar también: el proceso de duelo, la salud mental, la problemática del suicidio y ante todo, hacer reír a la gente "que es mi trabajo y lo que me gusta hacer".

Lamenta, entre otras cosas, que "Miguel murió sin un diagnóstico claro y con el alta hospitalario". Un día acudieron a la sanidad pública con uno de los brotes que le solían dar, no había un psiquiatra de guardia y le dieron una pastilla para que se tranquilizara. La cosa no se quedo aquí, y es que al día siguiente le atendió la psiquiatra y le dijo que se marchara a trabajar. Ante esta situación, Miguel se marcho corriendo desesperado y fue reducido por la policía e ingresado de inmediato.

Escribir un libro durante el duelo

La escritura de su libro no ha sido fácil, pero lo que más le costó a Carmen y a su familia fue encontrar una respuesta a todo lo que había sucedido. Los pensamientos de poder haber evitado el suicidio de Miguel, no dejaban de rondarle por la cabeza. Hicieron un proceso de búsqueda de señales: "Tanto mi madre como mi hermana y yo hemos revisado todo lo anterior y hemos pensado que igual había señales débiles, que podían habernos puesto en alerta".

"Durante el duelo pesa mucho la culpa", confiesa Romero. "Pesa mucho decir que igual podría haber hecho algo para que no pasara lo que pasó", añade la humorista. Con todo esto, no le ha faltado el apoyo de su familia para poder contar todo sin pelo ni señales. Y es que explica que le dieron en todo momento vía libre para relatar todo sobre como han vivido la pérdida de Miguel.

El humor en su libro está más que presente porque cree es una forma para afrontar temas como el amor, la alegría o la propia intimidad. Aunque advierte que el humor "no puede convertirse en un coraza ante los problemas". Por esa razón, defiende que "se tiene que buscar un equilibrio que ayude a superar situaciones como esta".

Concluye que tras el suicidio de Miguel tuvo que escuchar frases "estúpidas" aunque siempre con muy buenas intenciones por parte de la gente, para poder llevar el duelo. Con todo esto, insiste en que muchas veces, es mejor el silencio. Además, asegura que nunca será capaz de volver a ver El Padrino, "de hecho, me costó meses quitar el CD del DVD".