Francesca Albanese, relatora de la ONU: "En los países occidentales hay reticencia para hablar de genocidio en el contexto de Gaza"

Madrid

Francesca Albanese tiene pruebas sólidas en su informe ‘Anatomía de un genocidio’ sobre la intención de Israel para acabar con la población en Gaza a través de la distorsión del derecho humanitario internacional. Al asimilar, por ejemplo, a la totalidad de la población civil con Hamás o su aliada, los asesinatos cometidos por Israel son comprendidos como “muertes colaterales”. Y las zonas que Israel nombraba como “seguras” no han evitado ataques contra la población palestina desplazada internamente en estas áreas.

En este informe, Albanese considera que Israel ha vulnerado al menos tres actos de la Convención para la Prevención y Castigo contra Crímenes de Genocidio por sus acciones en Gaza tras distorsionar el derecho internacional humanitario. Primero, matar a miembros de un grupo determinado. Segundo, causar graves daños físicos o mentales a los miembros de un grupo. Tercero, deliberadamente interceder en las condiciones de vida para generar destrucción física total o parcial del lugar donde se encuentra el grupo.

Pero la dificultad de determinar en la Corte Internacional de Justicia si Israel está cometiendo o no este crimen no es exclusiva del país acusado por Sudáfrica. “En los países occidentales hay una reticencia, una dificultad, para hablar de genocidio en el contexto de Gaza”, explica Albanese. El genocidio es un proceso que se gesta y perpetúa de forma prolongada en el tiempo, no es un acto puntual de fácil identificación. Además, este distanciamiento y simplificación de lo que es o no un genocidio, como recuerda la abogada, tiene que ver con que solo se reconoce al Holocausto como tal. Y añade a esta idea una paradoja: “No se acepta que Israel, que es visto como el Estado que sobrevivió al genocidio, puede cometer genocidio”.

Recientemente, la relatora fue a Egipto para ver la situación en la frontera con Gaza, donde tiene prohibido el acceso. Allí pudo conversar con personal médico y personas que habían salido de la Franja. “La gente, cuando sale de Gaza, tiene un sentido de culpabilidad de ser los que sobreviven a la masacre. Se sienten mal porque quieren volver y ayudar a los otros”. La desprotección que viven los niños se refleja en la depresión de sus madres, que han perdido a más de un miembro de su familia y se enfrentan a otro problema más: los palestinos en Egipto no tienen un estatuto jurídico que los proteja porque no son reconocidos como refugiados por ACNUR.

Una guerra facilitada por falta de responsabilidad y de consciencia occidental

Albanese no centra únicamente en Israel los crímenes cometidos en Gaza: “Esta guerra fue facilitada por la falta de responsabilidad y de consciencia de la comunidad internacional, y sobre todo de los occidentales”. Advierte que, si se sigue el ejemplo de Israel de no distinguir a los civiles de los militares, en esta misma comunidad internacional se comenzarán a “justificar los genocidios proporcionales". "Todos los conflictos van a pasar a ser potencialmente genocidas”, añade. Por esta falta de distinción de objetivos, entre las más de 35,000 personas asesinadas (más de la mitad, menores de edad) en Gaza también se encuentran periodistas, personal médico y humanitario.

Sobre los ataques del 7 de octubre, Albanese también ve necesario que se juzguen los crímenes cometidos contra civiles israelíes. “Tenemos que reflexionar sobre la deshumanización que algunos palestinos tienen de los israelíes: nunca han visto en Gaza en los últimos seis años un israelí que no fuera un soldado”.