La delgada línea entre realidad y ficción en el mundo de las redes y los bulos
Fantaseamos con cambiar las cosas, tiramos de imaginación para revestir la realidad, pero muchas veces lo hacemos a nuestra conveniencia. Es sobre lo que reflexiona el teatro y la literatura, si somos capaces de distinguir entre la verdad y la mentira en un universo de fake news. Con Malena Alterio y David Lorente, Rodrigo Cortés e Inma Nieto
La delgada línea entre realidad y ficción en el mundo los bulos
39:26
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1715349340638/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Nos sumamos a esa reflexión que ha atravesado la sociedad española recientemente, la de cómo frenar los bulos, cómo distinguir entre lo que es verdad y lo que es mentira en un universo de redes sociales y noticias falsas. ¿Qué es realidad y qué es ficción?, se pregunta la cultura esta semana. Entre lo extraño, la magia y el absurdo navega el episodio de hoy. Echamos mano de la imaginación para revestir la realidad, tiramos de fantasía para cambiar las cosas, aunque no siempre a mejor, muchas veces a nuestra conveniencia. Nuestros invitados nos animan a parar y a escucharnos los unos a los otros.
Malena Alterio y David Lorente estrenaron Los amigos de ellos dos en Avilés, en diciembre, han recorrido ya una treintena de ciudades y anoche han llegado a Naves del Español, en Madrid. Interpretan a un matrimonio que ha quedado, como cada jueves, a cenar con una pareja de amigos. Pero no llegan, esperan y esperan mientras se desata una tormenta hasta que nos preguntamos: ¿somos otros en la intimidad, que delante de nuestros amigos?
'Los amigos de ellos dos' es una obra escrita por Matías del Federico y Daniel Veronese, que la dirige. Alterio y Lorente nos someten a una terapia individual, de pareja y colectiva. Qué somos, qué queremos y qué podemos llegar a ser. Cómo es nuestra relación con los demás, cómo nos condiciona el lugar que ocupamos en la vida de los demás. Si se puede cambiar esta realidad de mierda o solo es una fantasía que conduce a la frustración.
De una noche en el reservado de un restaurante a una noche en una habitación de hotel. ¿Qué es realidad y qué es ficción? ¿Se puede escapar de la realidad ficcionándola? Son preguntas que también se ha planteado la compañía exlímite, que acaban de estrenar en Teatros del Canal Ficciones, una obra que usa texto, danza, canciones, música y teatro para indagar en los límites de la realidad y la invención. Son tiempos de fake news, en los que la verdad se diluye y se confunde, en los que la mentira y los bulos acechan, en los que construimos nuestros propio yo en redes y nada es lo que parece, como advertía Malena Alterio. Con estas premisas, nos invitan a una reflexión profunda sobre los límites entre lo que es real y lo que no. Conversamos con el autor e intérprete Fernando Delgado-Hierro y con la actriz Ángela Boix, también co-creadora del espectáculo.
Rodrigo Cortés, director, productor, guionista y escritor que acaba de publicar Cuentos telúricos con Random House. Un viaje a las fronteras entre lo real y lo mágico, entre lo posible y lo imposible o inexplicable. En cada proyecto sabe cambiar de registro, sorprender al lector o al espectador y romper con todo lo que la gente espera de él. En palabras de Cortázar, el cuento es una esfera porque tiende a ser más autorreferente y requiere una perfección formal que, en el caso de la novela, puede abrirse por vías de servicio y explorar su historias dentro de historias, antes de regresar a la vía principal. Cortés publica su sexto libro, el primero que supone una antología de cuentos, cuentos por un lado casi fantásticos, por otro lado realistas a duras penas, por otro lado mágicos. Relatos cortos con personajes de todo tipo, donde la magia y la realidad se confunden de principio a fin. Su prosa aquí es elegante y descarada, a veces recuerda Azcona por ese humor castizo, otras parece hacer guiños a Lewis Carroll y Frank Kafka. Pero también hay recuerdos para Álvaro Cunqueiro, Jardiel Poncela o el maestro Valle-Inclán.
Dice Rodrigo Cortés que "en una función teatral, la línea que separa al actor del personaje es una ilusión que se resquebraja". Lo sabe bien Elisabet Gelabert, que protagoniza Lady Anne en el Teatro de La Abadía de Madrid. Interpreta a una actriz que ensaya a este personaje de Ricardo III, la tragedia de Shakespeare. Escrita por Inma Nieto, que debuta en la dirección también, es un homenaje a la fragilidad de la actriz. Hemos conversado con ella sobre los temas que aborda la obra: qué es realidad y qué es ficción. Qué lugar ocupa la autoficción en el trabajo creativo de una actriz. El abuso de poder de los directores sobre las intérpretes o qué es el consentimiento, por qué un sí puede ser también un no, según el contexto.
Nos vamos con música y activismo político, pero lejos de Eurovisión. El festival Nuits Sonores de Lyon es lo más parecido al Sónar en Francia. Y ya va por su vigésimo primera edición. Con su vocación de hacer descubrir a los artistas emergentes de la electrónica y mucho más. Este año, por ejemplo, ha habido una nutrida representación hispana. De la catalana Marina Herlop al gran descubrimiento de la joven rapera colombiana Verito Asprilla. De la explosiva chilena Tomasa del Real y el hiperpop mexicano de Meth Math a la experimentación del dúo peruano Ale Hop-Laura Robles y el dúo también colombiano Indus.
En esta edición, además, el certamen ha estrenado un nuevo emplazamiento al sur de Lyon en lo que fuera la primera fábrica de trenes de Francia, en el siglo XIX. Por ello, la metrópolis ha rebautizado este inmenso espacio de veinte hectáreas como Les Grandes Locos (lo que en español sería Los Grandes Locos por Locomotoras). En medio de las naves reconvertidas en espacio cultural y lúdico, también se celebra de forma paralela lo que los organizadores llaman European Lab, un laboratorio de ideas que enlaza la música con la política. El primer día del festival se dedicó a la plataforma ucraniana Gasoline Radio, que estuvo funcionando hasta hace poco en Kiev. Por el plató radiofónico montado para la ocasión, pasaron varios artistas ucranianos en la diáspora. Y lo coordinó y presentó Olha Udovenko, una dj y promotora cultural, que ahora vive en Berlín. Ella es originaria de la ciudad mártir Bajmut, en el Donbás. Y, en los últimos años, había trabajado en un colectivo de Járkiv, la ciudad cerca de la frontera rusa. Su vida se ha visto completamente alterada por la guerra. “Desde ese momento, todo se convirtió en una especie de relación con la guerra. Porque, por ejemplo, yo no soy periodista, no soy política, no soy una activista ecológica, solo soy una dj y una promotora, una persona de la escena cultural. Y aquí estoy, hablando de esto. Actuamos, así, como un instrumento”, le ha contado al corresponsal de la Cadena SER en Francia, Vicenç Batalla.
Gasoline Radio nació justo dos días antes de la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022. Y duró hasta el otoño pasado. También por las dificultades de llevar a cabo una plataforma independiente. Aunque siguen organizando actividades puntuales por toda Europa. “El principal ideólogo y redactor jefe de Gasoline Radio sirve ahora en el ejército ucraniano. Era el núcleo del equipo. Así que, ahora mismo,Gasoline está centrada en proyectos paralelos como recordar nuestro legado”, explica Udovenko.
En su caso, Andrii Yankovskiy, es un dj y promotor musical de Kiev asimismo trasladado a Berlín. En la capital ucraniana, era el responsable de una asociación para defender los derechos de los clubes de electrónica. Ahora, nos habla de lo que sigue sucediendo. “Los clubes nocturnos están abiertos y funcionan aún durante el día por el toque de queda. Lo que supone todo un reto, pero sigue siendo posible”, nos cuenta. Desde Berlín, Andrii ha montado el colectivo Dj Bass Resistance, que está en plena gira europea para recaudar fondos para ayudar a la resistencia ucraniana con media decena de disc-jockeys. Hace unos días, pasaron por las playas del Poble Nou de Barcelona. Definitivamente, su vocación es europea y no soviética. “La era o el periodo de cierto aislamiento cultural en el que vivía Ucrania, que a veces seguía colaborando con Rusia en ese sentido, ha terminado. Ahora, nos hemos girado completamente hacia Occidente, hacia la democracia y los valores con los que nos identificamos. Y creo que el mundo occidental también está muy abierto a Ucrania y a los artistas ucranianos. Quiero decir que recibimos un apoyo enorme de este festival, y es solo uno de los muchos festivales que apoyan a los artistas ucranianos”, dice.
Aun así, hay un temor de que los más de dos años de guerra en Ucrania acaben por convertirlo en una cosa normal y deje de haber la reacción necesaria desde los países occidentales. Lo recuerda Olha, que acababa de moderar un debate sobre el desarrollo sostenible de los festivales. “Estábamos hablamos sobre un ecocidio porque las cosas no mejoran, las cosas empeoran cada día, la gente muere. Por ejemplo, ahora mismo, la situación en primera línea del frente es... yo diría que peor de lo que era hace un año”.
Y Andrii acaba apuntando con lo que se encontró días antes en Barcelona. “Siento decir esto aquí en una radio española, pero en España, por ejemplo, la mayoría de la gente nos decía si la guerra todavía seguía... Se trata de concienciar a la gente de que la guerra no ha terminado. Ucrania sigue sufriendo y queremos llamar la atención porque, si no lo hacemos y el mundo nos olvida, moriremos, así de simple. Simplemente moriremos”.