Manuel Vicent: "El viejo progre convertido en uno de derechas es el viejo cabreado al que se le han cerrado los capilares de la ideología"

Madrid

Es una autobiografía particular. Contada de una forma diferente, con subidas y bajadas como las de los caballitos de feria en los que montaba de niño. Contada a través de los objetos y a través de sus perros de los que lo ha aprendido todo “En la vida se diferencia dos tipos los que tienen swing y los que no. Los que sí tienen un eje muy vertebrado y lo demás gira alrededor de ese eje”

Juan José Millás y Manuel Vicent tienen ese swing desde el que son capaces que observar e interpretar con sabiduría ““A partir de los 75 la edad se para. A partir de ahí se cumple salud o enfermedad, se cumple amigos o que no tienes amigos, se cumple soledad o compañía, poner las luces cortas de la vida para ver tu alrededor o mueres”

Los dos coinciden en que a su edad para encontrarse bien y para tener razón hay que ser delgado. Que hay que diferenciar la cólera del cabreo y, sobre todo, mantener esto controlado. “Un viejo cabreado es muy mala cosa. El trasvase de cuando uno es progre y se convierte en alguien de derechas, es más bien el de un viejo cabreado al que se le han cerrado los capilares de la ideología”

“Una historia particular” (Ed. Alfaguara) es como una fotografía de familia de esas que encontramos en una caja olvidada y que cuenta dos historias: la de sus recuerdos y la de la sociedad del momento en el que se crearon. Y el punto de inflexión fue aquel en el que, gracias a un premio salió en la televisión. En la única que en aquellos años emitía y que te convertía en una estrella digna de que el portero de tu casa te saludara con orgullo. Era otro tipo de televisión, “la de hoy es curativa. Cualquiera se siente superior a los que salen”.