Kattalin Miner y la historia de Moio, su amigo trans que se suicidó: "Pasé de la culpa a la responsabilidad. Debemos hacer memoria antes de perderla"
La autora de 'MOIO' (Libros del KO) ha pasado por los micrófonos de la Cadena SER
Madrid
En 2007, Aimar Elosegi, un chico trans de Hernani, en Gipuzkoa, al que sus amigos conocían como Moio, se suicidó. Fue un mazazo no solo para su familia y amigos, sino para todo el pueblo, que se volcó en la memoria de Aimar, en intentar convertir aquel duelo en un proceso que sirviera para entender y aprender. La periodista Kattalin Miner, amiga íntima de Moio, ha escrito un libro que sirve para recuperar su historia, hacer justicia a su memoria y analizar los sentimientos personales y colectivos que se dispararon a raíz de aquella muerte. Ese libro se titula 'MOIO' (Libros del KO) y Kattalin Miner ha pasado por los micrófonos de la SER, en 'Hora 25' con Aimar Bretos.
Las entrevistas de Aimar | Kattalin Miner
17:54
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"Más que el tiempo, hay que empezar a hacer memoria cuando vemos que lo vamos a perder. Yo veía que se estaba silenciando esta historia. A los 10 años ya no se estaba hablando de ello", relata Miner. La periodista cuenta que le llamaban Moio por una cuestión intuitiva. "A él le gustaba mucho, siempre se sintió muy cómodo. Él firmaba así y me parecía una manera cariñosa de llamarle así. Es un nombre más intuitivo y primigenio de su transición", señala la escritora.
La transición de Aimar empezó dos años antes de su muerte. Primero empezó a dejar pistas, que luego se convirtieron en "evidencias". Después empezó a conversar una a una con sus amigas. "Por entonces no teníamos referentes. Él nos explicaba que una chica no era, que siempre había sentido que era un chico. Los pronombres no eran gran problema porque hablábamos en euskera. Se me hizo raro, pero solo un rato. Fue poco a poco y luego muy intuitivo", comenta Miner.
Kattalin relata que un profesor pasó lista en clase con su nombre de chica, Amaia, pese a que él ya le había comunicado que no quería que le nombraran como tal. "Le jodió la vida. Cuando empezó la transición decidió irse a Bilbao y empezar de cero, empezar como Aimar. Entonces no había ley trans ni nada. Se tomó el tiempo de explicárselo uno a uno a los profesores. Fue un bajón muy grande", apunta Miner. "Era una persona muy lúcida y veía que, visto lo visto, nunca podría llegar a ser lo que él era. Él veía toda una vida de pelea, de explicarse quién es. Lo dejó escrito muy claramente", afirma.
"La carta es muy impactante, pero cuando llegas a ese punto del libro no piensas en el morbo. Creo que el lector agradece el realismo", explica la escritora. ¿Cómo es el duelo derivado del suicidio? ¿Qué especificidades tiene? "El sentimiento que más te atraviesa es la culpa. Siempre tienes la sensación de no haber hecho todo lo posible o no haber acertado. Pasé de la culpa a la responsabilidad. No es un deber, sino un querer hacer memoria. El duelo es diferente porque puedes pasar por el enfado. A mí me vino la rabia como a los dos años, pero no me duro mucho. Yo entendí que su suicidio era derivado de una situación social", asegura la periodista.
"Su muerte es el hecho que más me ha cambiado la vida. Ha sido muy impactante para mí y para quien soy ahora", apunta Miner. "Mi mayor miedo era asociar lo trans a lo trágico, al sufrimiento. Era un ejercicio de memoria, pero no quería que acabaras hecho polvo. Por eso la última entrevista que hago es a Brian, cuya historia es más ligera. Apareció él y en ese punto es donde la persona acaba sanada. Está esa idea de tolerantes progres de "me parece bien, pero que no me toque a mí" y creo que hay que cambiar esa idea. Tanto en niños como adultos. ¿Por qué no le decimos a los niños y adultos que ser trans es lo más maravilloso que hay en el mundo? ¿Por qué no hay mensajes positivos en el proceso de transitar?", relata. "Lo que problematiza y violenta a las personas trans y sus decisiones es su entorno. ¿Se puede ser feliz rompiendo una de las mayores reglas sociales establecidas? Yo creo que sí, pero vas a tener que pelear muchas cosas. Va a haber violencia, pero también cosas maravillosas y se puede extrapolar a otras partes de la vida", sentencia.
Sobre el debate en el seno del feminismo acerca de la lucha trans y feminista, sobre si deben ser luchas a la par o si una eclipsa a la otra, la autora reflexiona: "Son debates nuevos. Importados muchas veces. Lo que no me esperaba era la violencia y la virulencia. Hay un odio muy grande y desmedido contra las personas trans, pero soy bastante optimista y realista. Los debates han sido utilizados, pero creo que la mayor parte del movimiento feminista es transinclusivo".
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