La OMS publica una lista de 15 bacterias que considera "grandes amenazas globales" para la salud humana
La organización pide investigación urgente ya que son resistentes a los antibióticos
Ginebra
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado este viernes una lista de 15 bacterias que considera una amenaza para la salud humana por su creciente resistencia a los antibióticos y hace un llamamiento al desarrollo de nuevos tratamientos contra ellas.
La lista es una actualización de la publicada en 2017 y con ella la OMS vuelve a alertar sobre el peligro que causa la creciente resistencia a los antimicrobianos (AMR) de determinados patógenos, algo que según la organización causa unos 1,27 millones de muertes anuales directas y contribuye a otros 4,19 millones de fallecimientos.
Las 15 bacterias son clasificadas en tres categorías de prioridad (media, alta y crítica), y en la última de ellas, la de mayor urgencia, la OMS ha situado a cuatro patógenos: acinetobacter baumannii, mycobacterium tuberculosis, y dos tipos de enterobacterias resistentes a los tratamientos con carbapenem y cefalosporina. "Suponen grandes amenazas globales debido a su gran impacto y a su habilidad a la hora de resistir tratamientos y transmitir esta resistencia a otras bacterias", destacó un comunicado de la agencia sanitaria de la OMS.
Prioridad crítica:
- Acinetobacter baumannii resistente a los carbapenémicos
- Enterobacteriales resistentes a las cefalosporinas de tercera generación
- Enterobacteriales resistentes a los carbapenémicos
- Mycobacterium tuberculosis resistente a la rifampicina (que se ha incluido tras efectuar un análisis independiente con criterios adaptados paralelamente y tras la posterior aplicación de una matriz adaptada de análisis para decidir en función de varios criterios).
Prioridad alta:
- Salmonella Typhi resistente a las fluoroquinolonas
- Shigella spp. resistente a las fluoroquinolonas
- Enterococcus faecium resistente a la vancomicina
- Pseudomonas aeruginosa resistente a los carbapenémicos
- Salmonelas no tifoideas resistentes a las fluoroquinolonas
- Neisseria gonorrhoeae resistente a las cefalosporinas de tercera generación y/o a las fluoroquinolonas
- Staphylococcus aureus resistente a la meticilina
Prioridad media:
- Estreptococos del grupo A resistentes a los macrólidos
- Streptococcus pneumoniae resistente a los macrólidos
- Haemophilus influenzae resistente a la ampicilina
- Estreptococos del grupo B resistentes a los macrólidos
La salmonella, incluida en la lista
Entre las bacterias de alta prioridad se encuentran la salmonella y la shigella, con una alta incidencia en países en desarrollo, y otras que a menudo producen infecciones en lugares donde se ofrecen servicios sanitarios, como la pseudomonas aeruginosa o el staphylococcus aureus.
Otras bacterias de la lista generan desafíos a los sistemas sanitarios, incluidas infecciones persistentes y resistencia múltiple a antibióticos, que requieren investigación e intervenciones de salud pública, destaca la OMS. "Desde que la lista se publicó por primera vez en 2017, la amenaza de la resistencia antimicrobiana se ha intensificado, erosionando la eficacia de numerosos antibióticos y poniendo en riesgo muchos avances de la medicina moderna", advirtió la responsable del departamento de lucha contra la AMR en la OMS, Yukiko Nakatani.
Las consecuencias de la resistencia a los antibióticos
La AMR se produce cuando bacterias, virus, hongos o parásitos dejan de responder a los fármacos, agravando enfermedades y aumentando el peligro de contagio, mortalidad y gravedad de determinadas enfermedades, un problema que en parte es causado por el abuso de antibióticos en muchos pacientes.
Un reciente informe de la OMS reveló que durante la pandemia de COVID-19 hubo un excesivo uso de antibióticos para los pacientes hospitalizados de esta enfermedad, lo que pudo haber exacerbado esta resistencia a los antimicrobianos.
Aunque sólo un 8% de los pacientes hospitalizados con COVID-19 tenía además infecciones bacterianas que requerían la administración de antibióticos, éstos medicamentos se recetaron en tres de cada cuatro pacientes (un 75%).