Sabina Urraca: "Las relaciones humanas de verdad conllevan odio, frustración e incomunicación"

Relaciones de abuso y de poder, maltrato, deseo y sexo, violencia, culpa y miedo, volver una y otra vez, compartir, resurgir. La Humana tiene 32 años y convive con una pequeña Perra que está en celo. Éste es el punto de partida de una historia que comenzó hace varios años en un parque entre perros y amigos, que nos habla de domesticación, la propia y la ajena, y que explora la complejidad de las relaciones humanas y de los afectos. "La escena fundacional es que yo estaba en un parque con mi perra que estaba en celo, la acababa de adoptar hacía poco y de pronto le vino este celo que parecía que nos desvinculaba, venían constantemente perros machos y yo tenía que apartarlos a patadas. Yo estaba con más amigos y había una amiga que estaba besándose con su amante y yo le grité a mi perra, cuándo se va a acabar y mi amiga dijo ay sí, cuándo, entre la broma y la desesperación que a veces nos da por tener un cuerpo. Pensé que ahí había algo y empecé a trabajar en ello".

'El celo' es la cuarta novela de Sabina Urraca (San Sebastián, 1984). La historia indaga en una relación de maltrato que sufre su protagonista y construye un relato que nos pone frente a un espejo que nos enseña cómo hemos vivido como normales situaciones que, en realidad, nunca lo han sido. Sus protagonistas son la Humana, la Perra, la Madre, la Abuela, personajes que, como explica la autora, muestra como si se tratara de una fábula, como si fueran la liebre o la tortuga nos explica pero sin intención de darles una dimensión colectiva. "La intención de no poner nombre a estos personajes era que poco a poco a medida que avanza la novela fuesen ganando su propio nombre. Pero no sé si la Humana podemos ser muchas o todas, yo no he creado el personaje para representar a nadie".

El miedo y la culpa envuelven el relato de la Humana, pero también la complejidad de las relaciones humanas, no todo es blanco o negro. A veces no sabemos si quiera cómo llegamos a donde llegamos. La autora utiliza un grupo de terapia de mujeres maltratadas para salvar a la protagonista en la que da igual quienes sean y de dónde vengan porque todas tienen en común ese miedo. "Las experiencias de cada uno de estos personajes son experiencias muy personales y no se puede generalizar" apunta la autora que cree que el primer paso para poder superar esa experiencia traumática es diferente en cada caso. "El primer paso para cada persona puede ser completamente diferente. Creo que es importante nombrar. Pero en otros, sin embargo, creo que es algo de lo que nunca se habla. No siempre se ven desde fuera las relaciones de maltrato. Creo que es muy difícil que empaticen o que lleguen a saber exactamente cómo es el proceso y el proceso de cada persona es un mundo. Muchas veces se dicen frases como tu silencio no te salvará pero en algunas ocasiones creo que el silencio es necesario durante un tiempo como medida de protección".

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En la construcción de la historia una parte fundamental es la relación que la protagonista tiene con su cuerpo y con el sexo. "Cuando yo creé el personaje de la Humana, me interesaba mucho que tuviese una sexualidad muy potente, casi sobrenatural y que tuviese un control absoluto sobre su cuerpo, porque luego eso le iba a ser arrebatado, le iba a ser robado su cuerpo, como dice ella, iba a ser saqueado. Entonces sí que quise subir mucho los volúmenes en el sentido de que nos encontrábamos ante una sexualidad femenina absolutamente bestial y absolutamente bajo control, ella controlaba su deseo hasta que de pronto le fue arrebatado".

Sobre la posición que las mujeres adoptamos frente al sexo hay un momento de la novela en la que la autora habla de esa connotación ofensiva que muchas veces parece que tiene que tener el sexo para las mujeres y que hace que no podamos situarnos igual que ellos. "Cuando alguien dice me la va a comer o la jodí viva o ahí te van a follar son expresiones usadas de forma negativa. Yo recuerdo ser pequeña y pensar por qué la gente usaba este tipo de expresiones para algo negativo cuando se supone que follar es algo bueno, no?. Y de pronto la Humana entiende por primera vez al vivir la violencia sexual, al entregar por primera vez en su vida su cuerpo sin tener ningún tipo de deseo sexual y dejarse hacer por su pareja. En ese momento ella entiende estas expresiones. Para ella al principio todos esos actos le parecen actos estupendos, luminosos, que acoge con su sexualidad brutal. En el momento en el que pasa a ser violentada sexualmente, empieza a entender la connotación negativa de esas expresiones".

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La novela va reflejando también esa forma sutil en la que se construye el maltrato, pero también de qué forma la mujer que es víctima de esa relación vuelve una y otra vez a su maltratador. La protagonista se define a sí misma como un animal caprichoso que por fin ha encontrado un domador a la altura. Pero, ¿cómo se reconstruye esa voluntad anulada, cómo entender ese poder de una persona sobre otra?. Para la autora es algo muy difícil. "Las personas somos tan intrincadas, nos entendemos tan poco a nosotros mismos muchas veces que me parece súper difícil identificar las situaciones de abuso de poder. Muchas veces eso sucede muy a posteriori, cuando ya estamos indefensos, no nos damos cuenta muchas veces y con esto no hablo simplemente del maltrato desde la violencia de género, sino también hablo de una relación de superioridad o de subordinación laboral o incluso familiar. El poder que le otorgamos a los demás, cómo nos deshacemos de eso es muy difícil. Muchas veces es un trabajo de toda una vida, muchas veces un trabajo que nunca termina. Es un trabajo en curso, constante todo el tiempo. El identificar supone cuantas más desgracias nos pasan o en cuantas más situaciones de desigualdad y de pisoteo nos encontramos, más vamos aprendiendo a identificar que esto sucede. Pero también puede ser al revés, que como normalizamos ese pisoteo, no nos demos cuenta de dónde nos hemos metido".