González Pons aprueba, Feijóo suspende

Madrid

Hay varios PP. Uno autoritario y malcarado, el del exfalangista Aznar, otro conservador, también duro, pero de forma suaves, el de Mariano ; y el centrista de los demócrata-cristianos casi del todo desaparecidos, que era el mejor. Incluso en este PP de hoy hay varios PP. Quizá para cubrir todas las aristas derechistas: está el portavoz, Miguel Tellado, que solo fabrica odio exactamente como Vox, y que el domingo no solo no criticó los dislates de Javier Milei, sino que los aprovechó para atacar al Gobierno. Y está también el vicesecretario, Esteban González Pons, con frecuencia en la línea dura, pero que hoy ha estado muy, muy bien al denunciar que el discurso de Milei es, desde luego, una intromisión en política nacional y al lamentar que su primer viaje a España lo haga sin saludar al Rey, al Gobierno ni al Parlamento. Eso sí, de propina le ha lanzado un pellizco de monja a Pedro Sánchez.

Feijóo ha practicado otra vez el cinismo de Pilatos, que parece que se lava las manos, pero en realidad ensucia a los demás. Es la técnica que suele usar para convalidar los crímenes de guerra de Netanyahu, la misma que le sirve para denigrar a los inmigrantes que dice que invaden sus propiedades. La que compara sus rivales socialistas con terroristas. Esas indecencias. Ahora ha vuelto ha emponzoñar el ambiente afirmando que lo que ha hecho Milei es solo una muestra de lo que el gobierno hace todos los días con quienes discrepan de él. Aprenda algo de González Pons, buen hombre, y no intente todo el día desbordar a los ultras.