¿Activismo de sofá o protestas callejeras? Así se movilizan los jóvenes

Madrid

Se está cometiendo una injusticia. Está ocurriendo algo que te da mucha rabia: vale cualquier vulneración de los derechos humanos: coges tu móvil y escribes un tuit en el que manifiestas lo horrible que es lo que está pasando. Dejas tu móvil. Sigues con tu vida. Salir a la calle no forma parte de tus planes. Esta forma de actuar frente a la defensa de derechos y libertades se llama “activismo de sofá”, es decir, en vez de usar los medios tradicionales de protesta: movilización, protestas callejeras, manifestaciones... se limita, simplemente, al uso de las redes sociales.

Hay muchos críticos de esta forma de activismo porque consideran que, desde la comodidad de tu sofá, poner un tuit o compartir un enlace de Facebook no sirve de nada si realmente quieres cambiar la sociedad. Para combatir, dicen los retractores, hay que salir a la calle y hacer notar el descontento por aquello que creemos injustos, siendo la única forma de cambiar las cosas.

Esta semana en 'Selfi a los 30' hablamos de activismo y la movilización de los jóvenes con tres personas que se dedican a ello desde tres puntos muy distintos: Clara Amechazurra, directora de contenidos de Freeda; Carlos González, concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Arucas; y Andrea Henry, presidenta del Consejo de la Juventud de España.

Las redes, claves para el activismo

¿Es cierto que los jóvenes ya no salen a las calles y se conforman con el activismo en las redes sociales? Según Clara, las redes sociales son clave para el activismo: “Hace muy pocos días se extendió una lona terrible en Callao, una clínica de cirugía estética mandando un mensaje horrible a muchísimas mujeres, bueno, tuvo un apoyo en redes tal que la lona se bajó y que la clínica tuvo que pedir perdón por ello”.

El no salir a la calle para manifestarse es una crítica que muchos utilizan en contra de los jóvenes, pero ellos también lo argumentan: “Siempre se dice que los jóvenes se han desconectado de la política. Pero yo creo que es la política la que se ha desconectado de los jóvenes, la que no habla para las personas jóvenes, la que no se comunica como nos comunicamos las personas jóvenes”, comenta Andrea.

Aunque parezca que los jóvenes no están movilizados, lo cierto es que los entornos de estos tres protagonistas están marcados por el compromiso y la lucha social de derechos. Además, los tres coinciden en hablar de que este trabajo de activismo, en la gran mayoría de casos voluntario y no remunerado, es complicado de compaginar con el día a día: “A veces estás con tus amigos en una terraza disfrutando un poco de la tarde, pero aparece alguien con un problema y lo tienes que atender porque es que está feo que el concejal te diga ‘no, perdona, eso ya el lunes, no estoy en horario’ y eso al final, pues también te hace ver que de alguna forma no puedas desconectar nunca del todo de la responsabilidad”, sentencia Carlos.