Cate Blanchett sorprende en Cannes con un vestido que, unido a la alfombra roja, se convierte en una bandera palestina
La actriz australiana, embajadora de buena voluntad de ACNUR para dar voz a los refugiados de todo el mundo, reclama en el festival de cine francés que se hagan películas sobre sus "increíbles e inspiradoras historias"
Madrid
La actriz Cate Blanchett ha llegado a Cannes como embajadora de buena voluntad de ACNUR para dar voz a los refugiados de todo el mundo, desde Gaza a la República del Congo, y pedir que se hagan películas sobre sus "increíbles e inspiradoras historias". Blanchett, que colabora con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados desde 2015, ha viajado por medio mundo para encontrarse con estas personas que han tenido que huir de sus hogares, En los últimos meses ha estado en Sudán del Sur, Jordania o Niger.
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Por eso, la estrella australiana se ha dejado ver con un vestido de Jean Paul Gaultier tipo palabra de honor en tres tonos. Al levantar la cola del vestido, la combinación de los colores -verde del forro, negro y blanco de la falda- junto con el rojo de la alfombra de Cannes dio como resultado la bandera palestina.
Una cifra enorme de refugiados
"Cuando empecé, en 2015, había 60 millones de refugiados y personas desplazadas y ahora son 140 millones, es una cifra enorme", ha explicado Blanchett en un panel celebrado en la sede del Festival de Cannes en el que también participaron la actriz y cantante Cynthia Erivo y el realizador danés Jonas Poher Rasmussen. "Es una crisis global, un desafío global, que debería estar en más películas porque el cine es un reflejo de la realidad", ha añadido.
"Las historias de los refugiados no son solo de sus duras experiencias, hablan de su sentido del humor y su resiliencia, no son monolíticas. Hay muchas historias que contar", ha explicado la actriz.
Fuera de competición
Cate Blanchett ha presentado este domingo en Cannes, fuera de competición, Rumours, una película dirigida por Guy Maddin y los hermanos Evan y Galen Johnson, que llenó el festival de risas con una comedia sobre el "absurdo" mundo del G7.
"Cuando se ven imágenes de las reuniones del G-7, que reúne a siete de los países más desarrollados, da la impresión de que todo es un poco extraño y de que los líderes supuestamente más poderosos están desconectados de lo que pasa en el mundo", señaló Maddin en un rueda de prensa. "Vemos lo que dicen, sus esposas se saludan y todos parecen tener una relación muy amistosa aunque al final se declaren la guerra, es un poco extraño", agregó el realizador.
Para Blanchett esas reuniones son casi como una performance. "La situación en la que ponemos a nuestros líderes es absurda", no parece "ni vagamente" algo natural. En la película, Cate Blanchett es la canciller de Alemania; Denis Ménochet, el primer ministro francés; Roy Dupuis, el canadiense; Nikki Amuka, la británica; Takehiro Hira, el japonés; Rolando Ravello, el italiano, y Charles Dance el presidente de Estados Unidos, mientras que Alicia Vikander es la presidenta de la Comisión Europea.
Todos, menos la representante comunitaria, se reúnen para cenar y escribir el comunicado final de la reunión que han mantenido en Alemania. Y, de repente, se encuentran solos, rodeados de una espesa niebla y con una especie de muertos vivientes que les acechan.
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