'Memorias de Adriano', la historia de un hombre que casi llegó a la sabiduría
La novelista Marguerite Yourcenar publicó esta obra en 1951, un estudio de la vida del emperador romano
'Memorias de Adriano', la historia de un hombre que casi llegó a la sabiduría
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Marguerite Yourcenar nació en Bruselas en 1903 y murió en Maine en 1987. Es una autora fundamental del siglo XX. Fue la primera mujer elegida miembro de número de la Academia francesa, aunque entonces ya pertenecía a la Academia belga. Es la autora de novelas como 'Opus nigrum', 'Alexis o el tratado del inútil combate' o 'El tiro de gracia'. También escribió numerosos ensayos, cuatro libros de relatos y varios tomos de prosa memorialística.
'Memorias de Adriano' se publicó en 1951. Fue traducida al castellano por Julio Cortázar. Es una novela extraordinaria, llena de belleza, profunda, hermosa y cuenta la vida de un hombre que llegó casi a la sabiduría. Es emocionante e inolvidable. Las dos fuentes principales para el estudio de la vida y del personaje del emperador que utilizó la autora son el historiador griego Dion Casio, que escribió el capítulo de su 'Historia romana' consagrado a Adriano unos cuarenta años después de la muerte del emperador, y el cronista latino Esparcino, que redactó un siglo más tarde su 'Vita Hadriani', uno de los textos más sólidos de la Historia Augusta, y su 'Vita Aeli Caesaris', obra menor que nos da una imagen singularmente plausible del hijo adoptivo de Adriano y que sólo parece superficial porque el personaje también lo era. Ambos autores se basan en documentos hoy perdidos, entre otros las Memorias publicadas por Adriano con el nombre de su liberto Flegón, y una recopilación de cartas del emperador reunidas por este último.
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Del mismo Adriano quedan algunas obras auténticas que se utilizaron en la redacción de 'Memorias de Adriano': correspondencia administrativa, fragmentos de discursos o de informes oficiales, como el célebre Discurso de Lambesa, conservados en la mayoría de los casos por inscripciones; decisiones legales transmitidas por jurisconsultos: poemas mencionados por los autores de su tiempo, como el ilustre 'Animula vagula blandula', o vueltos a encontrar en los monumentos donde figuraban a modo de inscripciones votivas, como el poema al Amor y a Afrodita Urania grabado en el muro del templo de Tespies. Las innumerables menciones de Adriano o de su círculo, diseminadas en casi todos los escritores del siglo II y III, ayudan a completar las indicaciones de las crónicas y llenan sus lagunas.
La descripción de las efigies de Antínoo, hechas por el emperador en esta obra, y la imagen misma del favorito en vida, están inspiradas en los retratos del joven bitinio, encontrados en la Villa Adriana, que existen aún hoy en día. En lo que se refiere a los monumentos de Antínoo, recordemos que las ruinas de la ciudad fundada por Adriano en honor a su favorito todavía se mantenían a principios del siglo XIX, cuando Jomard dibujó las planchas de la grandiosa Descripción de Egipto, iniciada por orden de Napoleón, y que contiene emocionantes imágenes de este conjunto de ruinas hoy destruidas. Hacia mediados del siglo XIX, un industrial egipcio las transformó en cal, y las empleó para la construcción de fábricas de azúcar para las cercanías.
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