Netanyahu, un paria

¿Realmente Biden está tan mal informado? Confunde dos tribunales distintos. Y, por tanto, ignora algo clave. Les cuento. Que Netanyahu está a punto de convertirse en un paria, como los máximos dirigentes de Hamás. Eso significa que no podrá viajar a 124 países adheridos al Tribunal Penal Internacional. No podrá circular ni por Europa, ni por Suramérica, ni por Australia… casi por ningún rincón del mundo, salvo las potencias más belicosas, EE. UU., China y Rusia.

Es lo que ya le sucede a Putin. Como él, quizá gane la guerra militar, pierda la política y se convierta personalmente en un apestado.

Así sucederá si los jueces de la Corte Penal autorizan que los fiscales emitan una orden de detención en cada uno de esos países. El fiscal jefe acaba de acusarlo de cometer crímenes de guerra y contra la humanidad, como usar el hambre como arma de guerra, o atacar a la población civil. La acusación es equilibrada, va contra los abusos de ambas partes. Y el principal padrino del israelí, EE. UU., no tiene baza, pues no forma parte de la comunidad internacional adscrita a esa instancia judicial. Para su propio daño.

Para más desgracia, el presidente Biden confunde las ventanillas judiciales. Reacciona al fiscal diciendo que su actuación es “indignante” porque el Gobierno israelí no está cometiendo “genocidio”. Se equivoca al cien por cien. La institución que analiza el posible genocidio –o sea, el exterminio de un grupo humano– es el Tribunal Internacional de La Haya. Y la que examina los crímenes de guerra es el Tribunal Penal Internacional. Son acusaciones distintas. Son tribunales distintos. Aunque puedan coincidir algunos presuntos culpables. Biden o alguno de sus miles de asesores debería saberlo.