Carlos Sobera pierde "la fe en el amor" tras descubrir en qué se fija un soltero de 'First Dates' a la hora de enamorarse

Carlos Sobera ha visto prácticamente de todo desde que abriera las puertas de First Dates en abril de 2016. Desde algunos que se han presentado en el restaurante con una auténtica historia de superación a sus espaldas hasta otros que han ido simplemente a promocionarse. Durante todo este tiempo, el presentador vasco ha aprendido mucho sobre el amor, sobre relaciones y sobre los gustos de las nuevas generaciones. Sin embargo, no termina de entender alguno de ellas. Principalmente los de Jordi, quien ha llegado este miércoles al restaurante de First Dates haciendo gala de su musculatura: "Me paso dos horas al día en el gimnasio. Es una forma de vida. Trabajar y gimnasio".

En declaraciones al programa, el soltero de Barcelona explicaba frente a las cámaras de televisión que lleva trabajando la apariencia de tipo duro desde hace mucho tiempo para que no se le acerque la gente: "Tengo la apariencia de tipo de duro, de que me importa todo nada, porque no quiero que cualquiera se me acerque". Algo que bajo su punto de vista es muy efectivo y que ha ido potenciando todavía más con el tiempo. Una apariencia que, sin embargo, le ha impedido encontrar una relación estable durante estos últimos años: "Mi última relación fue hace dos o tres años, luego esporádicas ya tengo bastantes".

"Es muy importante"

Y no, ninguna de ellas proviene del gimnasio porque al gimnasio se va a trabajar, tal y como le ha explicado tanto a Carlos Sobera como a Matías Roure. Prefiere las redes sociales, donde puede seleccionar a la persona que quiera y hablar con ella para conocer sus pretensiones amorosas. Sin embargo, el soltero lamenta que ninguna de las chicas con las que habla busque algo serio: "Van a lo que van, tener una relación como que les asusta y yo me vuelvo un poco como ellas. Vacío y frio". Tras esta primera parte de la entrevista, Carlos Sobera le ha preguntado a su invitado en qué se fija a la hora de enamorarse.

Y Jordi lo ha tenido claro. Lejos de fijarse en la mirada o la sonrisa de una chica, este prefiere fijarse en que tenga "un buen culo". Una confesión que rompía los esquemas de un Carlos Sobera que no daba crédito ante la confesión de su comensal: "¿Para enamorarte? Bueno, eso será para otras cosas...". Sin embargo, el comensal reconocía que le parecía de vital importancia: "Es muy importante, lo que pasa es que está sobrevalorado". Al ver que el joven se había equivocado, el presentador le recordaba que el único que lo estaba sobrevalorando era él, ya que no le parece tan importante a la hora de encontrar el amor.

Jordi y Cristina se dan una segunda oportunidad

Tras reconocer que siempre se fija en el culo de una mujer para saber si le gusta o no, Carlos Sobera ha acabado asegurando que está "perdiendo la fe en el amor". No obstante, Jordi le aseguraba que le iba recuperar rápido gracias a la cita que iba a presenciar a continuación. Mientras tanto, el vasco le pedía a Jordi que dejara atrás cualquier tipo de coraza por daños del pasado, que lo olvidara todo y que disfrutara de su cita con Cristina.

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Y lo cierto es que no les ha ido mal. A pesar de que Cristina reconocía en un primer momento que no le había gustado nada Jordi porque le parecía un auténtico macarra, esta ha acabado abriendo las puertas a una segunda cita. No obstante, sí que le ha pedido que esté mucho más atento a ella y que se suelte un poco más.