El Festival de Cannes anota dos joyas de última hora: la bellísima 'Grand tour' y la oda a la amistad femenina en la india 'All We Imagine as Light'
El cine periférico se hace valer en las últimas jornadas de un certamen dominado por el inglés y las estrellas americanas, donde han emocionado los relatos del portugués Miguel Gomes y de la directora india Payal Kpadia
Cannes
Estamos viviendo una de las ediciones del Festival de Cannes con más cine anglosajón de los últimos años y donde las estrellas americanas no solo protagonizan los filmes de Hollywood, sino también de aquellos autores europeos y asiáticos que buscan mayores presupuestos para sus películas y saltan de su lengua madre al inglés. Frente a ese cine, que tiene unos códigos más tradicionales o clásicos, la sección oficial ha dejado para los últimos días de la competición películas que salen a la periferia. Una de ellas es Grand Tour del cineasta portugués Miguel Gomes.
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El director de la trilogía de Las mil y una noches compite por la Palma de Oro con esta película experimental que de alguna continúa la línea de Tabú, un filme que estrenó en 2012. Rodada en blanco y negro, con mezcla de material documental y el rodaje de ficción, Grand Tour es un viaje por el sudeste asiático a través de la historia de dos personajes ingleses que en ningún momento dicen una sola palabra en inglés. Es como un intento de borrar el lenguaje colonizador por excelencia, que colonizó la India, Vietnam y que está colonizando también el cine. Edward Abbot es un funcionario del gobierno británico que en 1918 está a punto de casarse con su novia Molly Singleton, pero decide huir y viajar por las colonias asiáticas. Ella decide ir a buscarlo. El periplo de ambos es lo que centra una historia en la que ocurren descarrilamientos de trenes, enfermedades, despiste, encuentros inesperados y bailes. Más que la propia historia, como ocurría en Tabú, lo importante aquí es vivirla, es viajar con ellos, es asistir a la forma visual en la que este director nos introduce en la historia y para la que ha contado nada más y nada menos que con tres directores de fotografía de orígenes diferentes: Rui Poças, Sayombhu Mukdeeprom y Gui Liang. Gomes filmó las escenas de interiores respetando la estética y el vestuario de la época, mientras que los paisajes de los países que ambos personajes visitan son imágenes reales de 2020 y que se corresponden a Tailandia, Vietnam, Filipinas, Singapur, Japón y China. Imágenes a las que acompaña una literaria voz en off que va cambiando de idioma de un país a otro. Gomes retuerce el blanco y negro y juego con los claroscuros y la textura de la imagen y las diferentes músicas que nos introducen en los usos y costumbres de las ciudades y pueblos a los que viajamos.
Los actores son Gonçalo Waddington y Crista Alfaiate, que interpreta a una mujer lanzada a por todas, que no entiende dónde ha ido su prometido, que no cree que sea un espía y que tiene una risa extravagante y contagiosa. Son ellos personajes en segundo plano, pues la belleza de las imágenes documentales les pone en una segunda posición, los que viven una epopeya romántica llena de suspense, y que tiene un punto de partida casi de comedia romántica, Novia a la fuga sin ir más lejos, pero que, por su complejidad, nos recuerda a otro filme de la competición, Atrapados por las mareas, del chino Jia Zhangke y que aporta una reflexión sobre el colonialismo, no solo en su parte materialista, sino también en el colonialismo visual. Todo ello hacen de Grand Tour una de las experiencias más bellas y gozosas de este Festival de Cannes.
Otra de las sorpresas de esta recta final del certamen ha sido la película de la directora india Payal Kapadia, All We Imagine as Light. Con 38 años, esta directora ha debutado en la competición tras ganar con su anterior filme la Cámara de Oro, premio a la mejor ópera prima del festival en 2021. Una hazaña nada desdeñable si tenemos en cuenta que no es fácil que una directora entre en la sección oficial y que el cine indio no competía por la Palma de Oro desde 1994 con Swaham. Kapadia cuenta una historia de amistad entre tres mujeres de tres generaciones diferentes que miran la vida y el país de forma distinta, pero que coinciden en ayudarse y respetarse.
Como en su primera película, A night of knowing nothing, la directora habla de nuevo de desigualdad y desamor. En aquel filme contaba la correspondencia de dos amantes separados y homenajeaba al mismo tiempo la educación pública de la india, mostrando las protestas estudiantiles de los jóvenes en 2010 y mezclando diferentes tipos de imágenes para fusionar la realidad con la ficción, los sueños, los recuerdos, las fantasías y las ansiedades. En su segundo filme la forma es más convencional. Seguimos a dos compañeras de piso, dos enfermeras de un hospital de Mumbai, que se implican en la lucha de una de las cocineras del hospital, a punto de ser desahuciada junto a sus vecinos. Los fondos buitres, como vemos, no tienen nacionalidad ni fin alguno.
En medio de su rutina y el día a día, también conocemos sus amores, sus miedos, su forma de tratar de ser libres e independientes en un país donde las reglas evitan que las mujeres decidan por sí mismas. Una de ellas está enamorada de un joven de otra religión, mientras sus padres les están buscando novio. La otra está casada, pero hace un año que no sabe nada de su marido, que se fue a Alemania a trabajar y que le manda regalos caros, pero no da señales de vida. El amor, hilo conductor de su filmografía, sirve a la directora para cuestionar los problemas inherentes a las disparidades de género, clase y religión que agitan a la sociedad india. Con delicadeza, con buenas interpreaciones y con un retrato realista de la ciudad y sus dinámicas cotidianas, Kapadia nos introduce en la vida de las mujeres y filma cómo se construyen las amistades, en el día a día, con silencios, con confesiones, hasta acabar en un precioso viaje a un pueblo con playa, donde las mujeres consiguen entenderse a pesar de la diferencia de edad, de los distintos orígenes y de sus dispares deseos. All We Imagine as Ligh es una bonita oda a la amistad femenina y al amor que ojalá entre en el palmarés este sábado.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...