A vivir que son dos díasLa píldora de Enric González
Opinión

Acoso laboral

"Ánimo, Feijoo. No te dejes comer el terreno. Saca esa gracia tuya y demuestra quién es de verdad el jefe de la oposición"

Acoso laboral

Madrid

Yo comprendo como el que más las ventajas de la libre competencia. Y los valores de la meritocracia. Pero todo tiene un límite. Lo que le están haciendo al pobre Alberto Núñez Feijóo es un “mobbing” de manual. Vale que cada puesto de trabajo debería ocuparlo la persona más preparada, pero no me parece bien tanto acoso laboral sobre alguien que, en fin, aunque quizá no sea el mejor, ahí está, haciendo lo que puede.

Reconozco que quien empezó el conflicto fue el mismo Feijóo, cuando dijo aquello de que él podría haber sido presidente del Gobierno, pero prefería quedarse como jefe de la oposición. ¿Se acuerdan? Seguramente fue entonces cuando tanta gente descubrió el atractivo de esa actividad profesional. Me refiero a lo de oponerse al Gobierno.

Feijóo tuvo desde el principio problemas en la oficina. No es fácil convivir con quien se cargó al jefe anterior. Se acordarán de un tal Casado y del acoso a que le sometió Ayuso, hasta obligarle a irse. Pero esos eran asuntos oficinescos normales. Las delegadas de Madrid siempre han sido puñeteras.

Lo que no puede ser es que te echen los de fuera.

El caso es que Feijóo tiene cada vez más y mejor competencia. Fíjense en Felipe González: aparece en el principal programa político de la televisión, “El hormiguero”, para echar pestes del gobierno, y se le escucha más que a Feijóo. También es verdad que ver al abuelo agitando un ejemplar de la Constitución enternece mucho, por más que sepamos que el abuelo tiene muy mala leche.

Y qué decir de Javier Milei, esa estrella del facha-rock, que establece contacto telepático con su perro muerto cada vez que grita lo de “zurdos de la requetenosequé” y que entusiasma con sus locuras. Entusiasma de momento a la oposición española; habrá que ver si al final entusiasma también a los argentinos o los mata de inanición.

Ánimo, Feijoo. No te dejes comer el terreno. Saca esa gracia tuya y demuestra quién es de verdad el jefe de la oposición.

Me llamo Enric González. Les deseo un feliz día.