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"En casa a las diez": ¿Es positivo poner horario de llegada a los jóvenes?

Los expertos establecen que poner hora de vuelta a casa a los adolescentes contribuye en su proceso de sociabilización

"En casa a las diez": ¿Es positivo poner horario de llegada a los jóvenes?

Madrid

Se trata de uno de los debates más repetidos en los hogares de España. La hora de vuelta a casa después de quedar con amigos y amigas es una de las preocupaciones de la mayoría de jóvenes en nuestro país. Un debate que a menudo conlleva discusiones en la familia y que no siempre termina de convencer a los adolescentes, que llegada una determinada edad desean pasar más tiempo con sus amigos y menos en casa. Pero, ¿hasta qué punto es positivo establecer un toque de queda a los menores?

Apuntan los expertos que poner un horario de llegada a casa a los adolescentes no tiene por qué ser algo positivo, ya que este forma parte del proceso de socialización de los jóvenes. "El establecer un horario de llegada es bueno", explica el sociólogo de la Universidad de Granada José Manuel Jiménez. "Esto les permite ser responsables, manejar el tiempo y, sobre todo, saber que tienen que estar listos para sus actividades diarias. No deja de estar dentro de los procesos de socialización". El horario, por tanto, lejos de ser un inconveniente, podría traer beneficios para estos menores cuando comienzan a ganar independencia en sus casas.

En los pueblos es diferente

Aun así, explican estos sociólogos, el horario de llegada no es el mismo en todos los hogares, ya que depende de distintos factores, como el lugar de residencia. "Por ejemplo, en los pueblos la gente conoce a los hijos, por lo que de alguna manera nos sentimos más seguros y sabemos que nuestros hijos pueden estar más cuidados que si residimos en una gran ciudad", cuenta Jiménez.

Pero no es lo único que influye. La socióloga de la Universidad Complutense de Madrid, Elisa Brey, explica que el género también determina qué tipo de horario se le impone a los jóvenes. "Hoy en día chicos y chicas se enfrentan a riesgos comunes, como el bullying, pero hay otros riesgos, como el sexting o el abuso sexual que suelen sufrir más las chicas que los chicos", señala.

A todos estos elementos se añade otro clave: la edad. Para los sociólogos y las distintas organizaciones relacionadas con la infancia, el horario de llegada debería ir variando en base a la edad de los jóvenes. En este sentido, de los 12 a los 15 años lo recomendable sería que los menores no vuelvan a casa más tarde de las 21:30, mientras que entre los 16 y los 18 se sugiere ampliar esta hora hasta las 23:00.

El consumo de alcohol como factor determinante

Muchos padres fijan el horario de llegada de sus hijos e hijas en base al temor por el consumo de alcohol que estos puedan hacer fuera de sus hogares. Sin embargo, los expertos aseguran que ese consumo no está tan relacionado con el horario vuelta, como con la responsabilidad de los adolescentes y de los propios padres: "No influye tanto la hora, como sí la responsabilidad como padre y madre en hacerles ver lo que es el consumo de alcohol y el poder hablar con ellos y ellas para que sepan cuáles son las consecuencias de estos actos", explica Jiménez.

En definitiva, el horario de llegada, coinciden los sociólogos, no tiene por qué ser negativo, es parte del proceso social de los jóvenes, pero, eso sí, en las familias debe haber comunicación y entendimiento, que los jóvenes no lo entiendan solo como una obligación, sino que también se sientan parte de esa conversación.