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Cinco directores a los que seguir la pista de este Cannes 2024

Buceamos en las secciones paralelas del Festival de Cannes para buscar los nuevos directores y directoras que auguran una carrera en el cine de autor

Fotograma de L'histoire de Souleymane / CEDIDA

Cannes

Este ha sido un Festival de Cannes de transición. Lo decía su máximo dirigente, Thierry Frèmaux en la rueda de prensa de inicio del festival y lo hemos constatado al ir viendo la sección oficial, cuya Palma de Oro ha ganado Anora de Sean Baker. Si el año pasado coincidieron veteranos directores del cine independiente presentando las que serán las últimas películas de su carrera, como el británico Ken Loach y los italianos Nani Moretti y Marco Bellochio, este año el festival casi ha rendido homenaje a ese Nuevo Hollywood surgido en los años setenta y que ha estado representado por Francis Ford Coppola, Paul Schraeder o George Lucas.

Sin embargo, fuera de la competición oficial, nos vamos con algunos nombres emergentes apuntados, que traerán aire nuevo a la industria. Por ejemplo la del argentino Federico Luis que ha ganado el gran premio en la Semana de la Crítica con Simón de la montaña, la historia de un chico que se integra en un grupo de personas con discapacidad, fingiendo ser uno de ellos y a espaldas de sus padres. “Solo voy a decir una cosa y es que en este momento necesitamos el apoyo de todo el mundo para mantener vivo el fuego del cine argentino”, decía el director al recoger el premio en un momento de crisis para el séptimo arte de su país por los recortes del Gobierno del ultraliberal Javier Milei. ederico Luis empezó a sonar en el cine argentino con La siesta, un cortometraje presentado en 2019 en Cannes y que luego fue premiado en Toronto y Buenos Aires.

En esa misma sección, paralela al Festival de Cannes, hemos visto otra película reseñable, en este caso francesa: La Pampa, que cuenta la amistad de dos jóvenes en medio del moto cross y de la identidad sexual. El primer largometraje del director francés Antoine Chevrollier, que había dirigido diferentes series francesas como Oficina de Infiltrados, Barón Negro hace una radiografía de la juventud francesa de los pequeños pueblos. Willy y Jojo son dos amigos inseparables que están en su último año de liceo y que pasan todos sus ratos libres en La Pampa, un terreno de motocross. Como suele suceder en la adolescencia, ambos jóvenes tienen dificultad para relacionarse con sus familias. Uno, trata de superar el duelo por la muerte de su padre y el otro, esconde su homosexualidad en un ambiente sumamente masculino y homófobo. La cámara de Chevrollier no cae estereotipos sobre la gente de pueblos, simplemente su ojo se pasea por un territorio que él conoce perfectamente, ya que pasó su infancia y juventud en el norte de Francia.

Interesante es el debut de la actriz Ariane Labed en la sección Una cierta mirada con Semptember Says, historia de dos hermanas jóvenes con un tono surrealista para hablar del duelo. Labed ya había realizad varios cortometrajes y uno de ellos, Olla, lo había presentado en Cannes en la Quincena de Cineastas en 2019. Ahora se catapulta como una prometedora autora gracias a esta película donde sigue a dos hermanas, July y September, que llevan loca a su madre, una mujer soltera y artista. A las niñas les encantan los juegos un poco atrevidos y llevados hasta el límite, mientras se ayudan y se defienden de las miradas de acoso del resto de compañeros del colegio. La historia mantiene suspense y también una mirada íntima al universo de las adolescentes, a las relaciones entre hermanas y entre madres e hijas en entornos favorables, pero no siempre muy comunicativos. Finalmente, la directora firma una de las películas más curiosas sobre el duelo y la familia con potentes interpretaciones. La actriz y directora greco-francesa ha elegido la novela gótica de Daisy Johnson de 2020, Sisters, como material para construir el guion de este largometraje y con él construye un mundo visual curioso y envolvente, cálido y tenso a la vez.

Siguiendo en Una cierta mirada, hablamos de una de las películas que ha logrado dos premios en esta sección, el Gran Premio del Jurado y el de mejor actor. Con ella, podemos asegurar que los Dardenne, directores belgas ganadores de dos Palmas de Oro y convertidos en emblema del cine social europeo, tienen heredero. Boris Lojkine con The Story of Souleymane, la historia sobre un refugiado que trabaja de repartidor mientras se aprende qué decir en la entrevista para pedir asilo. Souleymane tiene una cita dentro de dos días con la organización que gestiona las solicitudes de asilo. Guineano, inmigrante económico, teme que su historia no sea suficiente para conseguir los papeles. Así, durante cuarenta y ocho horas, prepara una mejor, mientras busca un plan b, ilegal, para conseguir los papeles, recurriendo a un contrabandista corrupto. Rodada con cámara en mano, los espectadores siguen a este personaje, un joven que quiere trabajar y vivir de manera legal en la vieja Europa. La fuerza de la película está también en que su actor ha vivido un proceso similar al personaje que representa y cuyo futuro en Francia sigue sin estar asegurado. Abou Sangare, que ha salido coronado de Cannes, lleva seis años aquí. Tiene 23 y espera su regularización.

También ha presentado en una cierta mirada su ópera prima el noruego Halfdan Ullman Tondel, por los apellidos sabrán que es el nieto de Liv Ullman y Bergman, un drama titulado Armand que protagoniza Renate Reinsve, la actriz que conocimos en La peor persona del mundo. Interpreta a una madre, actriz, un poco choni, que se enfrenta a un lío en el colegio porque su hijo es acusado de un comportamiento grave. Una propuesta muy nórdica, muy claustrofóbica, que se desarrolla en el colegio, con toques de humor, y bajo la que se esconde un drama familiar tóxico.