Cuando viajar es un cantar por el camino del Mio Cid

Los viajeros románticos del siglo XIX ya utilizaban el cantar, de autor anónimo, para recorrer los espacios urbanos y naturales del medievo español entre Vivar (Burgos) y la ciudad de Valencia. En la localidad castellana nació Rodrigo Díaz de Vivar, lo lleva en su apellido, y en la capital mediterránea murió en julio de 1099, a las puertas del cambio de siglo entre el XI y el XII, y habría que esperar al XIII para que se publicara el poema de poeta desconocido. Y fue y es la literatura la que hizo que con el paso de los años y los siglos se pusiese interés en el personaje histórico ¿Qué sabríamos de El Cid sin la existencia de los 3735 versos del cantar?

El Cantar lo puso en el mapa más allá de sus heroicidades porque no se hubiesen pasado de generación a generación si no llegan a estar por escrito. Pero es que más allá de los románticos del XIX, desde hace 20 años se obró otro milagro: en un país, España, muy complicado políticamente, "se pusieron de acuerdo ocho diputaciones provinciales de cuatro comunidades autónomas diferentes para crear un consorcio que financiara el proyecto turístico 'El camino del Cid'", nos cuenta su actual gerente, Alberto Luque.

Este camino nos ha permitido hacer un recorrido radiofónico a través de la vida del Cid Campeador, un viaje de vida de personaje histórico en el que hemos elegido ocho espacios de los dos mil kilómetros de camino por carretera y los casi 1500 de senderos. El camino, cuenta Luque, "puede hacerse en coche, moto, andando y hasta en BTT (bici) a través de GR-160" y no es necesario hacerlo entero porque "está dividido en 13 rutas temáticas que van desde las más pequeñas de cincuenta kilómetros hasta las más grandes de trescientos".

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El camino del Cid permite al viajero detenerse en casi cuatrocientos pueblos, parajes naturales y decenas de castillos y fortalezas de la España de frontera medieval que dividía la península entre territorios dominados por reinos de taifas musulmanes y reinos cristianos. Era donde mejor se movía en vida Rodrigo Díaz de Vivar entre los destierros a los que les condenaba el rey castellano Alfonso VI y las guerras fratricidas entre reyes musulmanes que utilizaban la fuerza de las tropas del Cid para sus ajustes de cuentas. Sí, el Cid también tenía su lado mercenario. No fue todo por la patria.

Estamos ante una de las rutas más sostenibles de España. Para Alberto Luque, el éxito del camino del Cid "no está en llenarlo de gente, sino en que el viajero disfrute y de que los pueblos lo vean como algo beneficioso". Actualmente, hay más de quince mil personas que hacen la ruta al menos cuatro o cinco días, hay margen para crecer, pero sin exagerar y con cabeza, "turismo sostenible".

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El viaje radiofónico del Cid arrancó en Vivar (Teruel) y siguió por Gormaz (Soria), Atienza y Molina de Aragón (Guadalajara), Calatayud (Zaragoza), El Poyo del Cid (Teruel), Morella (Castellón), el palmeral de Elche (Alicante) y la ciudad de Valencia. Es solo una posibilidad de la infinidad de combinaciones posibles de este camino natural, rural, guerrero, histórico y arquitectónico, el del Camino del Cid.