Indepes que se quitan el lazo

Madrid

Día clave para la concordia. La aprobación de la amnistía da fuerza a la política de reconciliación y diálogo impulsada por el Gobierno. Y aunque el PP no se haya sumado, sino todo lo contrario, no tardará muchos decenios en hacerlo. Lo hará por su propio bien. Tampoco votó la amnistía de 1977. Y ahora parece que fuese obra suya.

También es un día clave para la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez. Salvo que le quiebren la entereza, este Gobierno atacado desde todos los frentes conserva el aliento de muchos. Y sobre todo, el apoyo de suficientes grupos parlamentarios.

Los más volátiles, o dudosos, o dubitativos, son los "indepes" catalanes, que tienen que ir sacándose el lazo amarillo del procés que llevaban en el ojal. Es una rectificación complicada, también para ellos.

Pero el interés manda. No solo el interés general. También el particular. Como la derecha anuncia recursos a granel ante el Tribunal Constitucional y ante los europeos, la aplicación de la amnistía será previsiblemente ardua en bastantes casos. Puede durar meses, incluso un par de años. Durante este tiempo los beneficiarios de la ley del perdón dispararían contra sus propios pies si dejasen caer al Gobierno. Porque es el Gobierno al mando y el Parlamento al mando quienes deben responder con sus alegaciones a los recursos judiciales. Si esos partidos y sus dirigentes dejasen que fuese un Gobierno de PP y Vox quien contestase, se suicidarían políticamente. Y no parecen muy dispuestos a esa labor.