Después de toda la previa al inicio de la final de la Champions League, con Lenny Kravitz haciendo la actuación que ocupaba los minutos anteriores al pitido inicial, se ha llegado al reparto de campos y al principio del encuentro. Apenas 25 segundos después de que el árbitro hiciese sonar su silbato, un espontáneo ha saltado al terreno de juego y, sin oposición, ha llegado hasta el centro del campo donde se ha hecho un «selfie» con Jude Bellingham. A este primer espectador se han unido varios más que han robado el protagonismo al fútbol durante unos minutos, que ha vuelto a recuperar en el minuto tres una vez expulsadas las personas que se habían colado. La seguridad, que desde que se cruzan las puertas del campo, pasa a depender del propio estadio, ha fallado en uno de los partidos más seguidos del mundo, y ha permitido que se detuviera el encuentro. La posible explicación de que tantos espectadores se hayan lanzado al césped es que un «streamer» ruso ofrecía 300.000 libras a quien saltase al campo con su nombre escrito.