La historia del mítico Segundamano empezó con un tripi

Madrid

Un tripi fue el inicio de todo. El canadiense Mike Abbott alucinó con la idea de cambiar la forma en la que los periódicos publicaban anuncios. ¿Qué pasaría si ponerlos fuera gratis y solo se cobrara por vender el periódico? ¿Sería rentable? Lo fue.

Empezó a hacerse en Italia y lo importó a España Ignacio Fagalde, bisnieto del fundador del ABC Torcuato Luca de Tena. El formato era como el del diario porque se utilizaban sus máquinas para imprimirlo. En un piso del Paseo de las Acacias en Madrid se formó un equipo junto a Carlos Maier y Ricardo Fuster, que dirigía Carlos Albar y del que formó parte Ramón García. “Recuerdo llevar los anuncios a la oficina para ahorrarnos el mensajero. A los tres años me nombraron director comercial”. Las cosas iban bien. “Todos los que trabajábamos allí éramos una gran familia. Ganábamos dinero y lo pasábamos muy bien. Todos éramos muy jóvenes”. Uno de los trabajadores recuerda como Fagalde llegaba a trabajar en Vespa y si alguien la necesitaba para ir a hacer un recado se la dejaba.

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El teléfono no dejaba de sonar. A las oficinas (llegaron a tener 16 en Madrid) llegaban clientes para que redactaran su deseo de comprar, vender, cambiar cualquier cosa, “si no está en Segundamano no existe”. También llegaban regalos de clientes satisfechos. “Antes las transacciones eran siempre entre particulares. Cuando conseguían un buen acuerdo venían a celebrarlo. Llegamos a poner vigilantes de seguridad enla imprenta para que no fueran a robar los ejemplares. El que antes lo conseguía antes se llevaba la mejor oferta”. Al principio salía una vez a la semana, luego fueron tres y finalmente estaba en el quiosco cinco. El lunes era el día que más vendían por las ofertas de empleo. Cada provincia tenía su propia edición y en Madrid, por ejemplo, se imprimían hasta 25 mil por edición, los miércoles de 18 a 20 mil y los viernes unos 22 mil. Mil anécdotas también: personas despistadas que entraban buscando el servicio de caballeros en lugar del de anuncios. Cómo daban las tantas de la madrugada preparando el cierre y se calentaban la cena en la impresora, la máquina que más se calentaba durante todo el día. O cómo a problemas desesperados como quedarse sin luz, soluciones desesperadas, engancharse a una farola…

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¿Qué pasó para que el 11 de noviembre de 2008 cerrara tras 4480 números y 30 años de éxito? ¿Fue este el paradigma de empresa que no se adaptó al desembarco digital? La trayectoria fue la siguiente: Lo compró UPN News, luego un grupo canadiense Trader Classified Media, después se fusionó con Anuntis convirtiéndose en Anuntis Segundamano y finalmente se hizo con él el grupo escandinavo Schibsted (Infojobs, Fotocasa, coches.net…) que dejó solo la versión on line, y supuso el cierre de todas las cabeceras y que 200 personas se quedaran en la calle. Entre ellos Ramón y el resto de la gran familia que todavía siguen estando en contacto: “La empresa noruega se cargó el negocio, les sobraba dinero y les faltaba alma”