"Las cifras no importan frente a la percepción falsa de la invasión o la lucha identitaria": la realidad de la inmigración en Europa frente al uso xenófobo de la ultraderecha y la derecha
Media docena de expertos consultados por la SER analizan el peso real que las migraciones podrían tener el próximo domingo en la decisión del voto
Más allá de los tópicos que alimentan el discurso de odio, en los 27 países donde se vota este domingo vivimos casi 450 millones de personas, de ellos poco más del 5,3 por ciento son migrantes, casi 24 millones. Otro 8,5 por ciento de la población, unos 38 millones, han nacido fuera de Europa, pero tienen ya la nacionalidad de algunos de los estados miembros. Esta es la realidad migratoria oficial porque de la irregular solo hay estimaciones sin confirmar. Sin embargo, las propuestas electorales para el 9J no hablan casi nada de modelo de convivencia o de políticas que fomenten la llegada de trabajadores para revertir la curva poblacional de la Europa envejecida, 1 de cada 3 europeos tiene más de 55 años y el 20 por ciento más de 65.
"Las cifras no importan frente a la percepción falsa de la invasión o la lucha identitaria": la realidad de la inmigración en Europa frente al uso xenófobo de la ultraderecha y la derecha
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En la SER hemos analizado el peso real que las migraciones podrían tener el próximo domingo en la decisión del voto con 6 expertos que piden normalizar la inmigración no solo por interés económico, romper la falsedad o el mito de la invasión y acabar con los argumentos supuestamente amenazantes de nuestro modelo de convivencia. Las propuestas de los partidos hablan de menos del 1 por ciento de los migrantes que viven en Europa, los irregulares, del resto poco o nada en sus propuestas para los próximos años.
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La realidad es que inmigración en los programas electorales está cargada de tópicos y enfocada casi exclusivamente en el discurso policial de control de fronteras. La percepción de esta realidad más o menos manipulada ya no afecta solo a los viejos países de destino de los migrantes como Francia, Holanda o Alemania, es un hecho en el conjunto de la unión. Pero no tanto por una cuestión de cifras, sino por intentar colocar las migraciones como "una lucha identitaria" a la que no solo se agarra la ultraderecha sino también la derecha. Es el análisis de uno de los mayores expertos de esta materia en Europa, el politólogo, filósofo y escritor Sami Naïr autor en 2006 de un libro que sigue estando muy vigente "Y vendrán", "la realidad de las cifras en un problema construido desde un relato imaginario y fantasmal. Lo que importa es la percepción, basta con ver dos caras negras para creer que haya invasión. La inmigración irregular es mucho menos importante hoy que en los 90 o 2000" afirma Naïr que señala la crisis de refugiados sirios de 2015 en el Mediterráneo como clave que cambió la percepción política y social con la que ultraderecha y los medios consolidaron la idea falsa de la invasión.
España no se libra de un discurso que empezó con Le Pen
"El uso de la supuesta amenaza migratoria por parte de la ultraderecha lleva siendo blandido desde que los Le Pen ganaron sus primeras elecciones en Francia, pero España no se va a librar de ello" sostiene el politólogo francés. "Lo que se dirime en estas elecciones es una decisión clave sobre el modelo de Europa que queremos, más allá de que algunos usen a los migrantes en esta batalla", es el análisis de Anna Terron, una de las mayores expertas europeas en estas políticas, que fue eurodiputada, ex secretaria de estado de inmigración y es licenciada en ciencias políticas, "se dirime en estas elecciones si mantenemos una Europa abierta o vamos a una deriva autoritaria. Esta deriva es más fácil de presentar si la restricción de derechos va dirigida a otros y en ese sentido la inmigración tiene esa función importante, es "el otro", sobre el que podemos actuar sin pensar que vamos a perder todos, no sólo los migrantes" alerta Terron que pone además el acento en que "no hay competencias europeas sobre integración o modelos de convivencia" y en lo único que se está llegando a un consenso europeo es en el control de fronteras.
En lo que coinciden estos expertos es en huir del uso utilitarista de los migrantes sólo con fines económicos o demográficos. Como Naïr y Terrón, Miguel Pajares, antropólogo y escritor, presidente de honor de la Comisión Catalana de Acción por el Refugio, coincide en que "vivimos un retroceso en políticas que ya eran muy restrictivas y represivas hace años". Europa vive en la contradicción entre el interés económico de usar a los migrantes para que la economía europea siga siendo próspera y el construir muros para que la gente no pueda entrar y ayudar a esto, "es curioso que la propia Comisión Europea haya dicho que entre 2020 y 2050 debían entrar 50 millones de inmigrantes para mantener la economía porque ya se sabe que Europa tiene un problema demográfico muy grande y, sin embargo, la misma Comisión Europea está manteniendo unas políticas de inmigración como si esta fuera una amenaza o algo de lo que protegernos, políticas muy restrictivas. Esto solo se explica porque se ha cedido a las posiciones más derechistas de los gobiernos más conservadores que han impuesto sus criterios", recalca Pajares, que está convencido de que la inflamación del discurso antiinmigración también pesará en el voto en España.
Gemma Pinyol, experta en migraciones e interculturalidad y colaboradora del Consejo de Europa o de la Universidad Pompeu Fabra, rompe con datos el argumento falaz de la invasión por mar. Extrae el dato fijándose en 2019: llegaron 144 mil personas por la frontera sur de manera irregular y más 3 millones por vías regulares, "el propio texto del Pacto Europeo de Asilo incluye esos datos, más de 3 millones de personas de manera regular en 2019, una distancia que debería hacernos mirar con más atención a estas personas que se incorporan a la sociedad europea y acompañarlas en este proceso. Sin embargo, lo que propone el pacto es el control de estas personas que llegan por las fronteras marítimas, esas menos de 150 mil personas", sostiene Pinyol que pide que cuando se hable sobre inmigración nos dejemos "de debates estériles" y advierte de un relato público criminalizador con muchos corresponsables, incluidos los medios de comunicación.
Un debate inflamado por la ultraderecha
Un debate inflamado por la ultraderecha en un año, este 2024 en el que las llegadas han bajado, de hecho, con 62 mil personas rescatadas entre el Mediterráneo y la ruta canaria atlántica hasta el 31 de mayo, supone uno de los años con menos llegadas de la última década, pero se instrumentaliza mucho más allá de las cifras. Sara Prestianni, investigadora italiana experta en migraciones y que trabaja en Bruselas con distintas organizaciones defendiendo políticas de derechos humanos frente a la radicalidad exige a Europa que cumpla sus principios y pone el ejemplo de la acogida a los ucranianos, "esa acogida demostró que se puede hacer esa acogida si hay voluntad política poniendo en marcha la directiva de acogida temporal y ese ejemplo se tendría que seguir también para otras nacionalidades" reclama esta experta.
Otro enfoque en el que coinciden todos es que la inmigración es usada para ocultar otras realidades políticas domésticas.
Javier De Lucas, catedrático de Filosofía del Derecho, ha dedicado buena parte de su actividad académica y de análisis a estudiar las migraciones y lo tiene claro. Frente a la "falacia", dice, y "la falsedad de la idea de invasión ha hecho que Europa se centre en un debate de seguridad y control fronterizo", de ahí el recientemente aprobado Pacto de Inmigración y Asilo. Al final, "la inmigración es una herramienta de mucho peso en el debate electoral porque sirve para que quienes no afrontan la resolución de problemas reales como la vivienda, la inflación, el paro… oculten esas deficiencias bajo la gran coartada del pretendido debate migratorio", sostiene De Lucas que reclama defender la inmigración "no solo por interés económico nuestro" y que como el resto de expertos coinciden en señalar que es necesario romper la falsedad o el mito de la invasión y los argumentos supuestamente amenazantes de nuestro modelo de convivencia. Las propuestas de los partidos hablan de menos del 1% de los migrantes que viven en Europa, los irregulares, del resto poco o nada en sus propuestas para los próximos años.