Héctor de Miguel no ha podido callarse tras la agresión de un conocido neonazi al cómico Jaime Caravaca, excolaborador de David Broncano en «La Resistencia» en medio de un monólogo que estaba ofreciendo en un local en Madrid. El individuo que le propinó los golpes se llama Alberto Gonzalo de Juan, conocido como Pugilato por el nombre del grupo musical que lidera y cuyos temas son de clara ideología de extrema derecha. El incidente viene a raíz de una respuesta sobre su hijo en su perfil de X (antes Twitter) que el agresor catalogó de «comentarios pedófilos» sobre el pequeño. Después de que el vídeo de la agresión se volviera viral en redes sociales Caravaca pidió perdón asegurando que había sido «un comentario desafortunado y nada apropiado» por su parte y Pugilato lo aceptó remarcando que «defiendo la libertad de expresión de la misma manera en la que defiendo el derecho a responder». Tras esto, Héctor de Miguel ha querido dedicar la editorial del programa a la agresión y criticar que algunos medios de comunicación identificaran a Pugilato como «un padre» en vez de mencionar su clara tendencia ultraderechista y las violentas letras de sus canciones. «Como véis en todos los medios se destaca lo de un padre, pero a todos se les olvida un detallito: es un padre con antecedentes penales por delito de odio, negacionista del holocausto, fan de Hitler, que se ríe del asesinato de niños de origen musulmán, que celebró el atentado contra dos mezquitas y que afirma que a las personas LGTBIQ+ hay que darles tratamientos como enfermedad», enumera el cómico. «Es decir, es padre, pero también es un poquito nazi. Porque una cosa no quita a la otra», sentencia duramente De Miguel, que ha querido reflexionar acerca del hecho de que Caravaca haya decidido disculparse y Pugilato lo haya aceptado. «A mi los nazis me dan miedo, bastante. No soy ningún valiente ni quiero serlo, porque no tengo ni media ostia, pero también me da miedo la impunidad con la que ciertas personas se sienten libres de amenazar, acosar y agredir a quien no piensa como ellos y subirlo a las redes porque saben que no va a tener consecuencias», ha apuntado el cómico. «Si esto va a crear un precedente y la nueva moda va a consistir en comprar una entrada para ir a una sala o teatro y agredir al cómico porque no te va a gustar un chiste, pues ya está, ya hemos encontrado los límites del humor. Si me pegas, me callo. Si me matas, también me callo», remarca De Miguel sobre la violenta respuesta al humor, apuntando que no quiere pensar que en España puedas agredir a alguien, mostrarlo públicamente y que no pase nada, defendiendo el derecho de Caravaca a no denunciar y alegrándose de que todo se haya arreglado «con una conversación twittera». «Todo eso no quita que esto se nos esté llenando de nazis que campan a sus anchas, cada vez se sienten más impunes, que incluso tienen representantes en el Congreso y que después del domingo van a tener muchos eurodiputados. Incluso hay gente que dice que no es como ellos pero luego pacta con ellos, por eso creo que es lógico que tengamos miedo. No se le puede exigir a nadie que sea un valiente», concluye su profunda reflexión Héctor de Miguel.