Punto de Fuga
Internacional

España niega el asilo a cinco familias gazatíes que lograron huir a Egipto

“No pueden escolarizar a sus hijos, ir a hospitales públicos o alquilar a largo plazo”, denuncia Gador Luque, pero España rechaza su asilo porque considera que están a salvo

Khan Younis (---), 27/01/2024.- An Internally displaced Palestinian woman carries a child after the Israeli army told residents of Khan Yunis camp to leave their homes and head towards Rafah camps near the Egyptian border, southern Gaza Strip, 27 January 2024. Since 07 October 2023, up to 1.9 million people, or more than 85 percent of the population, have been displaced throughout the Gaza Strip, some more than once, according to the United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East (UNRWA), which added that most civilians in Gaza are in 'desperate need of humanitarian assistance and protection'. (Egipto) EFE/EPA/MOHAMMED SABER / MOHAMMED SABER (EFE)

Esta semana España ha dado un paso al frente para participar en el procedimiento contra Israel iniciado por Sudáfrica ante el Tribunal Internacional de Justicia por genocidio en Gaza. El Gobierno no dice explícitamente apoyar la demanda de Sudáfrica, pero sí va a aportar argumentos a este proceso sobre el que el tribunal ya ha establecido una serie de medidas cautelares al apreciar indicios de genocidio. Unas medidas que no se están cumpliendo. Sin embargo, hay otras acciones concretas que podría tomar España para aliviar la situación de los palestinos. Acciones directas como la concesión de asilo a cinco familias palestinas.

La organización Movimiento por la Paz está ayudando a esa veintena de personas que lograron salir de Gaza por sus propios medios. Ahora se encuentran en una ciudad del desierto al este de El Cairo y han solicitado su traslado a España para luego pedir la protección internacional, pero se quejan de que la embajada les está poniendo muchas trabas.

Mientras tanto, las familias malviven en condiciones muy precarias. Forman parte del alrededor de cien mil personas que lograron cruzar el paso de Rafah hacia Egipto antes de su cierre el 7 de mayo. Pagaron enormes sumas de dinero para poder pasar la frontera, el precio para apuntarse en la lista para poder salir llegaba a unos 10.000 € por persona. Y ahora hacen frente a los alquileres que pueden permitirse. Allí los ha visitado Gador Luque, su amiga que trabaja junto a la organización Movimiento por la Paz intentando traerlos a España, para conocer su situación. Consultora de UNRWA y Cooperación Italiana desde 2016, Luque ha visto morir a amigos y a sus familias enteras en esta masacre. “Cada día parece peor que el anterior”, lamenta.

“Cuando cruzan, lo que consiguen es un permiso de 45 días que no les permite prácticamente nada. Es como si estuviesen de turismo. Pueden alquilar solo algo temporal, no pueden escolarizar a sus hijos, no pueden ir a hospitales públicos, no pueden hacer prácticamente nada más que sacar dinero de sus cuentas bancarias y gastarlo para para cubrir sus necesidades”, cuenta Luque. Descubrir estas condiciones le dejó angustiada. Pensaba que estaban en un proceso de recuperación y no viviendo al día sin ningún apoyo en una zona desértica y a más de cuarenta grados.

Su situación se suma al impacto psicológico y al trauma que todavía atraviesan. Luque explica que, aunque hayan salido de la de Gaza físicamente, psicológicamente siguen allí. Están constantemente atentos a las noticias de víctimas de la ofensiva. Además, asegura, “muchos de ellos han resultado heridos, no están bien físicamente tampoco, y no pueden ir a hacerse un chequeo al hospital”. Muchas son familias que se han quedado incompletas, con algunos de sus miembros aún dentro de la Franja. “Han sufrido barbaridades que no podemos ni imaginar”, insiste.

Estas cinco familias cumplen los requisitos que marca la ley para pedir asilo en España y que se les conceda, pero, según Movimiento por la Paz, la Embajada de España rechaza otorgar el asilo porque considera que ya se encuentran evacuados y en un sitio en el que su vida no corre peligro. “Realmente, su seguridad no se basa en el sitio donde están temporalmente, sino del sitio del que vienen, que obviamente es innegable que está sufriendo un genocidio”, defiende la activista. “Y en el sitio en el que están, yo ya he visto que tampoco es que tengan una seguridad o un respaldo de forma que puedan superar el trauma e integrarse”, añade.

Gador Luque no comprende la negativa de España a ayudar a que “un pequeño número de gente pueda rehacer su vida”. Cree que van a necesitar mucho apoyo psicológico porque su trauma se suma a un trauma heredado. “Estas familias en concreto, solo una de ellas es originariamente de Gaza. El resto son ya refugiados, descendientes de los refugiados que tuvieron que huir caminando cuando ocurrió la Nakba con la creación del Estado de Israel”, explica. “Los más ancianos, que se acordaban de aquello, han muerto ahora bajo este exterminio. Sus descendientes están teniendo que huir de nuevo. Es la peor de las pesadillas de cualquiera”.

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