Cómo el relato de Israel sirve a Netanyahu para construir su propia imagen en el tablero internacional
Israel trata de ejercer presión a occidente colocando un relato en el plano internacional que muchas veces dista de los hechos, y en otras ocasiones les coloca en una posición de soledad, con argumentos que no comparten ni sus aliados más cercanos.
Cómo el relato de Israel sirve a Netanyahu para construir su propia imagen en el tablero internacional
Los mensajes lanzados por el actual gobierno israelí tras el reconocimiento del estado palestino por parte de España, Irlanda y Noruega, son solo un ejemplo más de la manera que tiene Israel de construir un relato que muchas veces consiste en descalificaciones a quien discrepa de sus posiciones.
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En las primeras comparecencias de Netanyahu tras los atentados terroristas del 7 de octubre, el primer ministro israelí aseguraba que Israel iba a entrar en una guerra impuesta y que no deseaban. Hace unos días, ocho meses más tarde, el argumento de Netanyahu sigue siendo el mismo.
A finales de noviembre del año pasado, semanas después del inicio del conflicto, se empezó a hablar de un posible alto el fuego. En un principio, Netanyahu se posicionaba en contra de un acuerdo de este tipo, aunque finalmente lo defendió. Sin embargo, hubo miembros del gobierno que se posicionaron claramente en contra. Mientras la mayoría de líderes mundiales daban la bienvenida al plan, el Ministro de Seguridad del gobierno de Netanyahu, definió el alto el fuego como “un balón de oxígeno para Hamás” y llegó a calificarlo como “inmoral”.
Declarar a la UNRWA como grupo terrorista
En enero de este año, Israel lanzó la acusación de que varios trabajadores de la UNRWA en Gaza habían participado en el ataque terrorista del 7 de octubre. En consecuencia, varios países cancelaron sus donaciones a este organismo de la ONU. Por ejemplo, Canadá, Australia o Japón congelaron sus aportaciones y Naciones Unidas lanzó una investigación independiente para esclarecer los hechos… A día de hoy, Israel, no ha aportado pruebas de estas acusaciones y la mayoría de países han vuelto a reactivar sus aportaciones a la Agencia de Naciones Unidas Para los Refugiados Palestinos. Sin embargo, hace dos semanas, el Knesset, el parlamento israelí, dio su apoyo preliminar a una ley para declarar a la UNRWA como grupo terrorista.
El pasado marzo, Estados Unidos, permitió aprobar por primera vez una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en la que se pedía un "alto el fuego inmediato en Gaza". En respuesta a esta postura de Estados Unidos, Netanyahu canceló el viaje de dos de sus asesores a Washington y el ministro de exteriores se negó en redes sociales a aceptar la resolución.
Silencio sobre la muerte de civiles
Otra de las maneras en las que el Gobierno de Israel ha intentado controlar el relato ha sido a la ahora de pronunciarse o no cuando mueren civiles en ataques en la franja. Habitualmente suelen mantener silencio ante las informaciones de muertes de civiles o incluso acusan a Hamás de manipular las cifras. Lo hemos visto, por ejemplo, esta semana, cuando Israel ha bombardeado un antiguo colegio de la ONU en la franja o el campo de refugiados de Nuseirat; la respuesta de Israel ha sido el silencio.
Sin embargo, hay ocasiones en las que la presión internacional ha sido tan alta, que Israel se ha visto obligado a pronunciarse. Lo veíamos hace unas semanas cuando Israel calificó de “trágico error” la muerte de 45 civiles en un bombardeo en Rafah. Algo similar dijeron, por ejemplo, cuando los siete trabajadores de la ONG World Central Kitchen murieron en un ataque contra los coches en los que viajaban.
José Abú Tarabush es profesor de sociología en la Universidad de la Laguna en Tenerife y autor del libro "Gaza: crónica de una Nakba anunciada", explica que la narrativa forma parte de cualquier guerra e Israel intenta controlarla, tanto en la manera de explicar sus acciones en Gaza, como contestando a cualquier crítica extranjera. “Cualquier acción o crítica sobre la política israelí, suele cosechar una respuesta contundente de Israel, con descalificaciones de antisemitismo o de estar al lado de Hamás” nos cuenta José. Críticas, como las que por ejemplo han recibido Antonio Guterres, secretario general de la ONU, Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, o la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.