La quiniela, el millón de pesetas y Flo

Madrid

Florentino Fernández (Madrid, 1972) es de esos gatopardos que de pequeños ya apuntaban maneras. Él no sabía que desde los 23 años, millones de personas le iban a ver por televisión, el mismo medio con el que se entrenó cuando era niño: "Los telediarios me parecían tan aburridos que les quitaba el volumen y doblaba a los presentadores". Tampoco faltaban las imitaciones a sus profesores en el colegio, quienes se hicieron eco de su talento: "La profesora de Ética me pidió que diera la lección como si fuera Felipe González".

En 1996, este gatopardo era vigilante de seguridad y sus compañeros fueron quienes les animaron a presentarse a un casting para 'Esta noche cruzamos el Mississippi'. A partir de entonces, Flo no ha parado. La lista de programas de televisión, espectáculos de humor y doblajes es infinita y variopinta hasta el punto que puedes estar viéndole a él y escuchar a Mariano Rajoy o a Gru, personaje que ha vuelto a doblar en la nueva entrega que se estrena el 3 de julio en cines.

A través de las anécdotas que Flo ha recordado con Mara Torres, es fácil darse cuenta que los casi treinta años en la industria no han borrado los valores que sus padres siempre le inculcaron y que él ha aplicado desde su infancia: "Cuando era pequeño, les hice firmar a mis padres un pacto en una quiniela que decía que les regalaría el primer millón de pesetas que ganase. Cuando empecé en la televisión se los di y lo metieron en un banco en vez de disfrutarlo". Esto ocurrió al principio de su carrera, al igual que la oferta de 100 millones de pesetas de Telecinco para dejar el Mississippi: "Mi padre me preguntó cuál iba a ser mi trabajo y no supe responderle".

Da igual el tiempo y los éxitos que pasen por la vida de Flo que él seguirá prefiriendo el vino con gaseosa, la cocina pequeña de su piso en Sacedón o la churrería de Ángel, el gran momento social que siempre comparte con su padre: "Paseamos por el pueblo, saludamos a los vecinos, llegamos, pedimos los churros, el café... Ahora que mi madre no está, es un ritual muy importante para nosotros".