Sociedad | Actualidad

Reserva un Airbnb en Londres y cuando consigue llegar, vive toda una odisea para entrar

La solución llegó tarde y mal

El anuncio de Airbnb que reservó el usuario. / Airbnb

Las reservas a la hora de viajar pueden jugar una mala pasada. Una gestión poco adecuada puede llegar a arruinarte las vacaciones. Además del desgaste emocional que supone más allá del aspecto económico. La historia la ha compartido un usuario en X. Brandon explica toda la odisea vivida y el nulo apoyo recibido por el anfitrión. Desde Airbnb la solución se hizo esperar. De hecho, la compañía dio carpetazo al asunto sin aportar una solución hasta que tuvo repercusión la historia en las redes sociales. Fue entonces cuando reabrió el caso hasta dar una respuesta al usuario.

Todo comenzó con el retraso de un avión con destino a Londres. Un retraso bastante abultado, hasta de tres horas. Brandon explica que avisó al anfitrión con suficiente antelación del contratiempo. Cuando por fin llegaron al domicilio reservado, la caja de seguridad en la que estaba la llave para entrar no respondía. Es decir, que el anfitrión había cambiado el código de apertura. Mientras, la lluvia arreciaba y Brandon seguía en la calle.

Mandó un mensaje y el anfitrión le contestó que había perdido su ventana de check-in; a lo que Brandon le recordó que ya le había avisado y que se trataba de una circunstancia ajena a su voluntad. La respuesta fue contundente: "Cambiamos el código de nuestra caja de seguridad después de la ventana de registro". Luego, el silencio.

Fue entonces cuando Brandon se puso en contacto con Airbnb con tres premisas.

  • La petición del reembolso de la reserva.
  • Que cubriera los gastos del hotel que necesitan.
  • Que investigaran si se trataba de un fraude.

La respuesta de la compañía no fue nada satisfactoria. Le dijeron que se pusiera en contacto con el anfitrión para preguntarle si estaba dispuesto a reembolsar el dinero. Brandon les pregunta por el sistema de cobertura en estos casos por el retraso de un vuelo, le dicen que le llamarían en un rato, pero claro, a las tres de la madrugada pidió que la comunicación se produjera al día siguiente, algo que no ocurrió. Airbnb llamó una hora después y cerró el caso al ver que Brandon no atendía la llamada.

"Como no he recibido respuesta de usted, cierro este caso", leyó al día siguiente cuando se levantó a las nueve de la mañana. A partir de ahí continuaron una serie de comunicaciones con la compañía y el anfitrión, pero con escaso avance.

Después de 18 horas de disputas, el anfitrión accede a dejarlo entrar, pero él ya ha reservado en otro establecimiento. "¿Qué probabilidades hay de obtener el reembolso?", se pregunta. Finalmente, la compañía Airbnb le envía el reembolso completo e incluso se ofrecen a cubrir su próxima estancia.

Brandon lamenta lo desagradable de esta experiencia a pesar de haber estado utilizando sus servicios por más de una década. Tiene la duda de si ese apartamento fue reservado de forma simultánea."¿Malicia o fraude?", se pregunta. Lamenta también que solo obtuvo una solución cuando su historia se volvió viral. Los inconvenientes a la hora de viajar pueden multiplicarse cuando algo tan básico como donde dormir no sale como debería.

 
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